Isabel Tocino se desdice y anuncia que el Gobierno pagará la desaladora marbellí
Lo que un día fue imposible, en campaña electoral se hace viable. La ministra de Medio Ambiente, Isabel Tocino, dejó perplejos hace apenas un mes a la dirección el Partido Popular en Málaga cuando acudió a la provincia a anunciar un plan millonario de su departamento en obras hidráulicas por dejar excluida la desaladora de Marbella. "No es responsabilidad de un Gobierno con el que nunca se ha contactado", dijo entonces. Ayer, inmersa en plena vorágine electoral, la ministra anunció que su departamento estudia la posibilidad de que el Gobierno "asuma la compra de los derechos de uso" de estas instalaciones, aunque indicó que lo hará "a un precio de mercado", que cifró en torno a los 6.000 ó 6.500 millones de pesetas.La cantidad está muy lejos de los 11.000 millones de deuda que arrastra la desaladora, según admitió ayer el presidente de la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol, el popular Manuel Sánchez Bracho. Curiosamente, la ministra llegó a decir ayer que ya se pronunció a favor de la financiación, cuando la realidad era justo lo contrario. Tocino, el pasado 11 de enero, rechazó que el coste de la desaladora de Jesús Gil pudiera ser asumido por el Gobierno y consideró "prácticamente imposible" que la Unión Europea la financiara finalmente, ya que se trataba de una infraestructura terminada.
La ministra llegó a quejarse de que la planta se hubiera construido a un precio muy superior al de mercado y consideró su ejecución "una actuación totalmente atípica de un alcalde atípico que no ha reunido los trámites de legalidad".
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