El eterno debate de las ausencias

La pelota tiene un problema. Las ausencias desvirtuan los campeonatos, de tal forma que un pelotari puede ser campeón por un sólo partido. El tamaño del calendario afecta a las manos de los pelotaris, que difícilmente aguantan el ritmo empresarial impuesto, tras la eclosión económica de este deporte.En realidad, los cuadros previstos al inicio de cada competición tienen poco que ver con los desenlaces finales. El caso de Goñi ha sido el más llamativo. La pareja que formaba con Zezeaga era una de las más solventes del campeonato. En cualquier caso, la más llamativa. El carisma del pelotari navarro es indudable. Sus desordenes personales, unido a su indudable calidad técnica, le convierten en un pelotari atractivo. Goñi se lesionó y dejó su lugar a Olaizola I, descartado inicialmente por su empresa. Goñi se ha recuperado, pero Aspe prefirió mantener a Olaizola que había dejado una buena imagen. El sábado, sin embargo se hundió ante el poderío de Unanue.

Al actual campeón del Cuatro y Medio también se le tambaleó el campeonato cuando perdió, por lesión, a su compañero inseparable, Jokin Errasti. Su sustituto, el burgalés Rai, era una incógnita absoluta. Le avalaba su buena pegada y su buena actuación el pasado verano, pero se discutía su capacidad para responder en una confrontación de alto nivel. Rai superó la prueba con un notable, en buena medida por el padrinazgo que le proporcionó Unanue durante todo el partido.

Ayer, otro hombre joven, Zearra, sucumbió a la capacidad y a la experiencia de dos pelotaris acreditados: Titín y Lasa. Lo cierto es que el guipuzcoano Martín Alustiza no ha sido nunca santo de la devociòn de su empresa. Nunca ha dispuesto de una pareja solvente, aunque Zearra le ha respondido favorablemente en la fase previa del campeonato.

La final puede resultar la más previsible en un campeonato repleto de ausencias, es decir un tanto adulterado por las circunstancias.