La Real vence al Zaragoza con un gol de Loren en el último minuto
REAL SOCIEDAD 2-ZARAGOZA 1¿Democratización o falta de autoridad del campeonato? Conviene no darle demasiadas vueltas al diccionario: ni sobra democracia, ni falta gobierno. Lo que no hay es fútbol. El Zaragoza, un aspirante numérico al título de Liga no alcanzó en Anoeta ni la condición de equipo vulgar. Su temerosidad inicial, su incapacidad técnica y su monocultivo de Milosevic le convirtieron en un equipo desasosegado y ramplón que arruinó su condición de aspirante al título de Liga.Porque todo ello ocurría ante un rival que, acuciado por su falta de juego y su carencia de puntos, se antoja una presa fácil para cualquier equipo simplemente aseado. En el segundo suspiro (minuto 90) conseguía ganar su final particular y aliviar un ápice su delicada situación. La Real duró lo que perduró Aranburu, un futbolista que combina la habilidad con un sentido global del juego, al que Clemente le ha ubicado en su sitio: el eje central, desde el que otea el horizonte. A los seis minutos marcó un gol con un toque suave de su bota. En tan corto espacio de tiempo, el Zaragoza había evidenciado algunas cosas que nunca resolvió. Su defensa (y en general todo el equipo) manifiesta una falta de velocidad asombrosa.
Real Sociedad; Alberto; Guerrero (Pikabea, m
70), Loren, Gurrutxaga, Aranzabal; Fuentes; Koklov, Aranburu, De Pedro (Gómez, m. 80); Sa Pinto y De Paula (Bonilla, m. 62).Zaragoza: Juanmi; Cuartero, Paco, Lanna, Sundgren; José Ignacio (Garitano, m. 63), Acuña; Marcos Vales, Radimov (Juanele, m. 45), Vellisca (Jamelli, m. 73); y Milosevic. Goles: 1-0. M. 6. Aranburu, de disparo ajustado al poste. 1-1. Garitano, de penalti. 2-1. M. 90. Loren, de cabeza tras saque de una falta.. Árbitro: Andradas Arzurmendi. Amonestó a Aranzabal, Radimov, Juanele, Pikabea y Acuña. Alrededor de 29.000 espectadores en el estadio de Anoeta, de San Sebastián. Aforo completo.
Pero la Real entregó el balón, en cuanto el Zaragoza sacó del centro del campo y ya no lo recuperó hasta el último suspiro, cuando Loren cabeceó un centro de Sa Pinto y otorgó la victoria en el tiempo añadido. Con anterioridad, el Zaragoza sólo había podido empatar de penalti, tras incorporarse al terreno de juego Garitano (el talismán de Txetxu Rojo). Nada más que eso obtuvo el conjunto zaragocista de un dominio tan absoluto como insulso. De poco servía que Milosevic dominara el juego aéreo, porque su equipo se empeñaba en buscarle de espaldas a la portería, obligándole a retroceder al centro del campo.
La Real puede alardear de eficiencia matemática: tres oportunidades, dos goles (la otra la malgastó De Paula). El Zaragoza resultó más improductivo: tres cabezazos de Milosevic, un disparo de Marcos Vales, un gol anulado a Jamelli (por fuera de juego posicional de Milosevic) y un penalti. Eso y nada más produjo el enfrentamiento entre el segundo, hasta ayer, y el penúltimo clasificado.
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