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Obispos y política

El Episcopado español ha hecho pública una guía electoral para que sepa a que atenerse la feligresía. Los señores obispos han querido orientar a la ciudadanía ofreciendo unas pautas de conducta para que el contribuyente pueda discernir, con toda claridad, a qué partidos puede votar y a cuáles no. Y advierte y pide "que el cristiano vea cuál de los partidos se aproxima más al mensaje evangélico y, en caso de perplejidad, opte por la teoría del mal menor". No se me alcanza eso de la "perplejidad". ¿En qué momento y por qué razones, el cristiano se ha de quedar "perplejo" ante el programa de un partido político? ¿Y cual es esa "teoría del mal menor" por la que el cristiano tiene que optar en caso de verse sumido en la "perplejidad"?No seré yo quién les niegue a los señores obispos su derecho a pronunciarse en política y orientar al vecindario. ¡Hasta ahí podríamos llegar! Sucede, sin embargo, que no todos piensan igual. En más de una ocasión, representantes del más ancestral, carpetovetónico y conservador mundo político-mediático de la derecha española, han puesto el grito en el cielo cuando algún obispo se ha permitido opinar sobre cuestiones socio-políticas con los que esta derecha rancia no estaba de acuerdo: "¡Los obispos no deben meterse en política, su misión es cuidar de las almas de sus feligreses!". Pero si los obispos hablan de acuerdo con los postulados de esa derecha, sus poderes mediáticos presentan las declaraciones episcopales a toda página y con grandes titulares.

El pasado viernes, el diario ABC sirvió a sus adictos lectores una gran fotografía en portada del obispo Setién sobre la cual se podían leer estos titulares: "Setién se despide de los sacerdotes de su diócesis". "Los obispos piden que no se vote a quien encubra o fomente el terror". Una portada digna del mejor Luis María Ansón. Sólo que Ansón ya no dirige el periódico de los españoles de bien sino José Antonio Zarzalejos. ¿Y qué mensaje, no subliminal, por cierto, sino bien intelegible, quería hacer llegar el ABC a sus fieles lectores? Verde y con asas. Y si alguien tiene alguna duda que lea el comentario que un tal Idus ofrece en la páginas interiores. Pero sucede que el obispo Setién no se presenta a las elecciones. No importa. Ya lo dice el mencionado Idus en su comentario: "Quien quiera entender, que entienda". Ante los lectores del periódico que un día estuvo domiciliado en la elegante calle de Serrano madrileña, Setién queda como alguien encubridor y fomentador del terror. ¿O no? Porque de no ser así, ¿a qué viene la fotografía del obispo Setién sobreimpresionada con aquellos titulares y el esclarecedor comentario de Idus titulado Ruido de sotanas?

La labor pastoral del obispo Setién ha sido respaldada siempre por la Conferencia Episcopal Española. La derecha y sus voceros, sin embargo, no han ahorrado epítetos y descalificaciones -cuando no insultos groseros- para atacar esa labor pastoral con el latiguillo de que "un obispo no debe meterse en política". ¿Un obispo, no, pero todo el Episcopado, sí? ¿O es que algunos añoran, todavía, aquella histórica y famosa fotografía del cardenal Gomá brazo en alto? ¡Señor, señor, perdónales porque estos SÍ saben lo que se hacen!

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