El arte GUILLEM MARTÍNEZ
El entorno Pantoja. Me voy al teatro Apolo, que hoy toca la Pantoja. Los accesos al teatro están abarrotados por el entorno Pantoja. Entorno Pantoja. La cantera: familias con niña con mata de pelo Pantoja. Gasta tanto pelo que cuando en el cole viene la temporada de piojos, el filbit se lo ha de facilitar Asuntos Sociales. Grupos de señoras vestidas para liarla. Grupos de señoras vestidas para ir a El precio justo. Toda la gama de rubias Llongueras. Mucha rubia atrapada en el cuerpo de una morena, que pugna por salir donde la raya del pelo. Matrimonios vestidos de obreros de la RDA cuando iban a un concierto de música clásica. Muchas señoras con abrigo de pieles. Abunda un modelo de visón despeinado y más bien cortito, que finaliza donde empieza el culete. Uno ve ese abrigo y comprende que puedes tener visón y vivir con el culo al aire a la vez. Hay una rica representación del colectivo transexual. Visualizo, de hecho, todos los grados del proceso de cambio de sexo, desde el tornero fresador que ha entrado en el colectivo hace cinco minutos, hasta la señora fabuleuse vestida de señorita-usted-nunca-pasará-hambre, de señorita-pellízqueme o incluso de, glups, señorita-le-importa-que-me-ponga-a-cuatro-patas-y-aúlle-a-la-luna. Mucho señor con americana fantasía, modelo Incredible weeding in Santa Coloma. Mucho señor con las cejas depiladas y el pelo absolutamente negro, como el pollo de Muerte en Venecia, última escena. En la entrada del teatro el personal pronuncia nombres como Yeni, Yoli, Yesi y Joder. Joder no es un nombre, pero es lo le dice un señor a su novia, que se ha quedado unos metros atrás, dándole palique a una amiguita que se ha encontrado.Pantoja, Mozart y un señor de Murcia. En el hall se vende merchandising Pantoja. EL último disco y el póster al uso, en el que aparece la Pantoja en plan retrato de Julio Romero de Torres. O, si uno atiende al mostacho, en plan autorretrato de Julio Romero de Torres. Entro en la sala. Abarrotada. Antes de que empiece el espectáculo el público realiza comparativas entre la Pantoja y la Jurado. Ejemplo de comparativa. Dos señoras comparan hasta que una tercera cierra la comparativa con un "la Jurado es muy mujer, pero la Pantoja es muy mujer". Una de las primeras comparantes se lo piensa y le dice que "es que en España hay grandes artistas". La otra, no obstante, opta por un "digo". Otra parte del público se entretiene en reconocer personajes de la tele en la sala. Cuando los reconocen les señalan y pronuncian su nombre. Un tercer grupo del público apuesta por mirar al techo. O a la derecha. O a la izquierda. Por mi parte, leo el folleto que me han dado, en el que se explica al mundo que la Pantoja "es de la estirpe de Mozart (...). No necesita, como Salieri y como tantos otros y otras, esforzarse por ser artista, sencillamente lo es", y que "aunque a veces sienta el arte como un destino irremediable del que le gustaría escapar, sabe que morirá artista porque así lo han querido el genio, la gracia, el duende, el temperamento y todas las divinidades del Olimpo". Otra perla: "Además de artista, nació en España". Se apagan las luces. Se abre el telón. Se empiezan a escuchar los compases del telúrico pasodoble El gato montés. Suena como en los últimos 50.000 años, de lo que deduzco que no hay novedades en el mundo del pasodoble. Pero cuando finaliza todo el mundo aplaude a gogó. Sale la Pantoja. Aplausos. Gritos.
La recepción del arte. Sale la Pantoja. Aplausos. Gritos. Las señoras gritan "¡guapa!". Cada vez que hace una pausa dramática, aprovechan para gritar "¡guapa!". Entre canción y canción gritan "¡guapa!". No entiendo mucho de aves, pero me parece que en un momento dado a la Pantoja le sale un gallo. Pero al público le da igual. Gritan "¡guapa!". En un momento dado la Pantoja podría fusionarse con Telefónica y el personal gritaría "¡guapa!" igual. El público dice "¡guapa, guapa!", etcétera, durante más de una hora. De lo que se deduce que esto es guapo. Y que, snif, todo lo demás no lo es. Quizás también se deduce que la vida es espantosa. Quieres ser rubia, pero vale dinero. Si no lo tienes, te sale una raya negra. Quieres un visón, pero sólo puedes pagar uno que no te cubre el culete. Y te ha de durar toda la vida. Incluso cuando el abrigo ha muerto. Te tiñes el pelo de negro y no vuelves a tener el pelo moreno, sino que eres un hombre con el pelo teñido de negro. Es invierno, pero tus mejores zapatos son de verano y hace un frío que pela. Quieres ser otro y no puedes. A veces es más fácil cambiar de sexo que poder ser otro. Lo contrario de todo esto igual es el arte. Y para algunos, pues el arte de Pantoja-Mozart.
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