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Comienza la última gran batalla

El 'Luna Rossa' italiano intenta desde mañana traer por primera vez a Europa la Copa del América

Llegó el momento decisivo. La última gran batalla de la prueba más prestigiosa de la vela, la Copa del América, comienza esta próxima madrugada (1.15, hora española, Teledeporte) en la bahía Hauraki de Auckland. El barco italiano Luna rossa intentará traer por primera vez a Europa la jarra que simboliza la victoria arrebatándosela al Black Magic neozelandés como éste hizo en 1995 ante el Young America estadounidense. Será la segunda vez que un velero italiano aspira a una gloria que no consiguió en 1992 Il Moro di Venezia, derrotado por el Americca 3. En cualquier caso, será una final insólita, por primera vez sin representante estadounidense en los 148 años de historia de la copa. Desde que la goleta America se impuso en 1851 a toda la flota británica ante los ojos de la reina Victoria en la vuelta a la isla de Wight, Estados Unidos conservó hasta 1983, en otras 24 ediciones, el trofeo de la competición deportiva más antigua de la era moderna. Ese año, el Australia se lo llevó para Perth ante el Liberty, pero por sólo cuatro años. Los norteamericanos, con la revancha de su mítico patrón Dennis Conner, que la había perdido, volvieron a recuperarlo hasta la segunda derrota frente a sir Peter Blake, el patrón neozelandés, uno de los más prestigiosos navegantes de este tipo de regatas y de las vueltas al mundo.El Luna rossa ha ganado la durísima criba de los 11 aspirantes, disputada desde el pasado 18 de octubre. Por el primer camino quedó el desafío español Bravo España, que rozó la entrada en semifinales, pero quedó casi con la certeza de que el cambio de patrón en la tercera ronda de regatas, Luis Doreste por Pedro Campos, fue demasiado tarde.

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Francesco de Angelis, en cambio, ha dirigido con tino al Luna rossa, ganador de 38 de las 48 regatas disputadas. El cinco veces campeón del mundo de cruceros ha tenido claro su liderazgo, apoyado en el táctico, el campeón olìmpico brasileño de vela ligera Torben Grael, un genio de la navegación con velas y viento. Y todo ello cumpliendo el pronóstico de que normalmente triunfa en la compleja Copa del América quien más dinero invierte. El proyecto italiano es la obra económica de Patrizio Bertelli, empresario de la marca de ropa y complementos Prada, heredada por su esposa Miuccia. Cerca de 10.000 millones de pesetas invertidos desde 1997 le han permitido tocar casi el cielo. El negocio que supone la Fórmula 1 de la vela excede con mucho esa inversión, y especialmente si se gana.

El Luna rossa se ha mostrado el más fuerte y hábil, tanto técnica como táctica y mentalmente desde el principio de la copa Louis Vuitton, el trofeo ya ganado entre los aspirantes. La incógnita ahora es cómo reponderá ante un rival que conoce las aguas de su casa mejor que él, y del que se desconocen sus prestaciones. Se ha gastado mucho menos de la mitad que el Luna rossa, porque sólo ha estado a la espera. Pero la victoria neozelandesa por 5-0 ante los estadounidenses en 1995 confirmó que nuestros antípodas, como en rugby, siempre son temibles en vela. Rusell Cutts, otro genio que ya logró la gloria en 1995, es ahora el patrón, con Blake de gran supervisor del Black Magic. Veinte cámaras de televisión externas, cuatro en cada barco y tres en helicópteros daran fe de la batalla cada día.

Diseños parecidos

Serán 16 tripulantes en los barcos de 23,8 metros eslora (más un invitado que esta vez será un juez) para enfrentarse a las tres ceñidas (navegación contra el viento, con la vela mayor y el génova, de 350 metros cuadrados de superficie) y a las tres empopadas (a favor de viento, con la mayor y el spinakker, la gran vela globo de 700).La batalla será en un trazado de 18,5 millas, con cinco viradas en balizas. Son dos barcos con diseños muy parecidos, aunque parece que si el viento sopla por encima de los 13 nudos (25 kilómetros por hora), el Black Magic tendrá ventaja. Con vientos más flojos, el Luna rossa, deberá mandar, aunque también se ha defendido con rachas fuertes, según demostró en la final de aspirantes frente al America One. Cabe señalar que las regatas pueden aplazarse por falta de viento o por exceso, si sopla durante cinco minutos seguidos a más de 18 nudos. O por el mal estado de la mar.

Dentro del diseño parecido, el Black Magic tiene una quilla ( la pieza clave) delgada con alas en el centro, en busca de la velocidad, mientras la del Luna rossa es más gruesa, lo que le da más estabilidad. Es la apuesta del estadounidense Doug Peterson, uno de los popes de la vela, fichado, curiosamente, por el sindicato italiano tras su éxito con Nueva Zelanda en la final de 1995. Un golpe de talonario más.

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