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Dos retratos

MANUEL PERIS

El pasado lunes Rafael Blasco, consejero de empleo de la Generalitat Valenciana, aparecía en estas mismas páginas doble y fielmente retratado. Por un lado estaba el texto, la entrevista propiamente dicha, en la que las palabras tenían más interés por lo que decían de quien hablaba, que por aquello que enunciaban. Miquel Alberola conseguía que Rafael Blasco, el emisor, fuese el mensaje.

Por otro lado, a cuatro columnas, aparecía una espléndida imagen captada por Jesús Císcar. En ella podía verse al consejero, retratado en su despacho con un cuadro ocupando todo el fondo de la imagen. Se trata de una obra de gran tamaño pintada por el Equipo Crónica en 1967, en la que aparece una imagen del Felipe IV de Velázquez sobre un fondo de complejas tuberías. El título de la obra es El alambique. Forma parte de una serie que Solbes y Valdés titularon La recuperación y pertenece a las colecciones del Museo San Pío.

La obra conseguida por el fotógrafo con el retrato de Blasco recuerda la forma y la intención que animaba a los Crónica en la serie de La recuperación: se utilizan imágenes de la alta cultura (Velázquez, El Greco, Goya, ahora también los propios Crónica) que aparecen confrontadas mediante descontextualizaciones, anacronismos o collages ilógicos y se componen según las normas académicas. Con este procedimiento de parábolas, decían los Crónica, se pretende satirizar y desmitificar aspectos de nuestra historia contemporánea.

Pero aún a pesar de la profundidad del doble retrato de Alberola y de Císcar, es difícil sustraerse a la tentación de hacer algún comentario, siquiera colateral, a la entrevista con el consejero popular. De las dos mil palabras que aparecen publicadas hay una decena que destacan por decir una verdad, aunque sea a medias. Le pregunta el periodista por las acusaciones que le hacen de engordar artificialmente al Bloc para debilitar a los socialistas. Blasco las niega y dice que el PSPV ya tiene bastante con lo que le está cayendo. Lo cual es cierto, pero no quita lo otro y ahí está la propuesta del PP al consejo de administración de la radiotelevisión valenciana para incluir a los nacionalistas en todos los espacios electorales, a pesar de no tener representación ni en las Cortes Valencianas ni en el Congreso. El PP ha dicho que es una cuestión de sensibilidad con las minorías. Realmente enternecedor.

La recuperación a la que aludían los Crónica en el nombre de aquella serie de cuadros no era sólo la iconografía de los pintores del siglo de oro, era también la recuperación económica de la industrialización franquista, de las divisas de los emigrantes y del turismo de finales de los sesenta. El pasado miércoles Blasco ensalzaba ante la cúpula de la patronal el papel del PP en la recuperación económica actual y les advertía que no se podía ser neutral ante la convocatoria de unas elecciones. Realmente esclarecedor.

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En aquella serie de cuadros de los Crónica destacaba otro, en el que podía verse al valido de Felipe IV, aquel que tenía por más blandos a los valencianos, a la maja vestida y al caballero de la mano en el pecho, en una sala llena de enormes ordenadores. Su título también era esclarecedor: "Las estructuras cambian, las esencias permanecen".

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