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FÍSICA Historia de la ciencia La radiación infrarroja fue descubierta por el astrónomo William Herschel hace 200 años

La radiación infrarroja, que es una amplia ventana abierta al cielo por la que entra desde hace tiempo una ingente cantidad de información sobre fenómenos y objetos del universo, ha cumplido el pasado 11 de febrero 200 años para la ciencia. En esa fecha, el astrónomo británico sir William Herschel publicó un artículo en el que daba cuenta de los resultados de los experimentos que había hecho sobre la luz solar o, como él mismo decía, "sobre los poderes caloríficos de los rayos coloreados". Herschel descomponía la luz solar en su espectro, obteniendo un arco iris, y colocaba un termómetro en la luz de cada color. El color rojo producía el máximo aumento de temperatura. Pero la mayor sopresa fue descubrir que cuando colocaba el termómetro fuera del espectro, un poco más allá del rojo del arco iris, la temperatura era aún mayor, aunque no hubiera luz visible en esa zona. Como buen científico, Herschel dedujo lo que pasaba: el termómetro estaba registrando un calor radiante invisible que él denominó rayos caloríficos. Es más, él demostró que esos rayos caloríficos, la radiación infrarroja, obedecía las mismas leyes de reflexión y refracción que la luz visible.

Lo que pasa en este experimento es que el vidrio del termómetro absorbe mucha energía de longitudes de onda larga (el color rojo y el infrarrojo). La luz del Sol se refleja en el mercurio y sale, pero mientras la radiación azul sale, la roja y la infrarroja quedan en parte atrapadas en el vidrio del termómetro, que se calienta, y éste calienta el mercurio.

En realidad, desde las ondas radio hasta los rayos gamma pasando por las microondas, el infrarrojo, la luz visible, el ultravioleta y los rayosX, es el mismo espectro electromagnético con frecuencia cada vez mayor (o longitud de onda cada vez menor).

Aunque los ojos humanos sólo ven el rango de luz visible, el universo está lleno de radiaciones de todo el espectro electromagnético, los fenómenos y cuerpos más calientes emiten más allá del azul; los más fríos, más allá del rojo. Para no perderse toda esta información, los astrónomos han tenido que colocar telescopios especiales en órbita, por encima de la atmósfera que intercepta casi todas las radiaciones excepto la visible. En infrarrojo, telescopios espaciales como el ISO europeo o la cámara Nicmos del Hubble han abierto toda una nueva ventana al cielo, que Herschel no podía imaginar.

Pero las aplicaciones de los rayos caloríficos de Herschel no se limitan al estudio del universo. Detectores sensibles al calor del cuerpo humano, por ejemplo, se utilizan en sistemas de alarma, en equipos de rescate de personas enterradas o en satélites de observación de la tierra para medir temperaturas de los océanos.

En ocasión del aniversario del hallazgo de Herschel, la Royal Astronomical Society británica ha organizado una exposición sobre el infrarrojo que recorrerá varias ciudades del Reino Unido.

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