"La política de unidad nacionalista no contiene errores estratégicos"
La todavía viceconsejera de Política Lingüística no sólo ha llegado a la ejecutiva del PNV directamente desde la base, aunque presidió una junta municipal y fue apoderada en la asamblea de Vizcaya, sino que el partido ha descansado en ella unas responsabilidades que nadie ha soportado juntas hasta ahora. Josune Ariztondo (Ondárroa, 1948) es secretaria de la ejecutiva, y tiene a su cargo las áreas de Organización, Formación, Educación, Universidad, Euskera, Mujer y Recursos Humanos. Además, está en la comisión permanente del Euskadi Buru Batzar (EBB), una fórmula de funcionamiento inédita hasta ahora en el PNV. Éste parece decidido a sacarle todo el partido posible, así que el próximo hombre fuerte del PNV puede ser también una mujer.P. Con esa carga de trabajo no tendrá ninguna sensación de ser cuota.
R. Ni aquí ni en ningún sitio. Soy de una generación no sobrada de mujeres licenciadas, menos aún en ciencias, y algún que otro molde me ha tocado romper. Por ejemplo, fui la primera mujer seglar que entró en el seminario de Derio, en 1973, a dar clases. Y también me vi rechadada por un laboratorio farmacéutico, que todavía existe, cuando me puse a buscar trabajo al acabar la carrera. Vieron mi expediente, les pareció bien y luego me preguntaron si pensaba casarme. Ahora pueden seguir pasando esas cosas, pero entonces además te las decían a la cara.
P. ¿Cómo se pasa de afiliada de base al EBB? ¿La llamó a usted Arzalluz?
R. No, no, de verdad. Hay un proceso, y no es una broma, en el que una no se entera de cómo suceden las cosas. Aunque yo con Arzalluz tenía y tengo una relación fluida. La política lingüística es una materia delicada, de sopesar mucho las cosas, y la coordinación con la ejecutiva del partido, me parecía importante. Cuando me nombraron viceconsejera, una de las primeras cosas que hicimos la consejera Mari Carmen Garmendia y yo fue visitar a Xabier. Y siempre, ante nuevos programas o convenios de colaboración, en fin, esas cosas que como líder máximo del partido le gusta saber, he seguido hablando con él.
P. ¿Esto que dice no ofrece dudas sobre la influencia del partido en la actividad institucional?
R. No. El PNV tiene muy clara la separación, pero en las instituciones también sabemos que estamos ahí porque hay un partido, con un ideario y un programa, que ha sacado unos votos. Del mismo modo que hablas con tu socio en el Gobierno hablas con tu propio partido.
P. Dicen que es usted de un nacionalismo "profundo". ¿qué quiere decir eso?
R. Pienso que la lengua -o las lenguas, porque yo tengo dos- y la tierra hacen la patria, quitando a esos términos cualquier sentido excluyente. Entiendo que la construcción de Euskal Herria será lo que entre todos decidamos, y que en el pluralismo del país hay elementos comunes en los que interesa profundizar y hacer participar a la sociedad. No sé si eso es nacionalismo profundo o no.
P. No son tiempos buenos para el PNV, que ha perdido terreno, y tampoco ha logrado mantener en tregua a ETA.
R. El PNV nunca ha sido cortoplacista. Cuando vimos posibilidades de que la reconciliación avance nos sentimos con la responsabilidad de dar pasos, pero apostando por el medio plazo. En privado mucho gente nos reconoce la valentía y la capacidad de liderazgo, aunque públicamente, y más en campaña, se imponga el "todo vale".
P. ¿Se cuenta entre los afiliados a los que ha costado aceptar el acercamiento a HB?
R. No... en principio. Lo he vivido como afiliada y como responsable institucional en un área especialmente sensible. Desde ahí, puedo decir tranquilamente que ni el PP ni el PSOE han ayudado a un acercamiento sereno. Entiendo que no sea fácil, y menos cuando se hace en precario, pero no es justo que nos lo hayan puesto tan difícil a un partido de tradición tan democrática como el que más.
P. ¿No encuentra errores en la política de unidad nacionalista?
R. Estratégicos, seguro que no. Tácticamente, como en cualquier otra cosa, siempre se puede discutir si tal o cuál cosa se podía haber hecho de otro modo o en distinto momento. Pero también puedo pensar que, si cuando yo hablaba con Onaindia [Mario] para acordar los términos del Plan de Promoción de Uso del Euskera, los socialistas no hubieran salido del Gobierno, habrían aprobado el mismo texto que rechazaron.
P. ¿Extraen alguna lección del hecho de que ETA les haya culpado de su vuelta a las armas por no haber llegado hasta donde ellos querían?
R. Que a ETA le parezca bien, mal o regular lo que el PNV hace es un problema de ETA, no nuestro. Lo que le pedimos está claro. Y si no está ciega, algo tendrá que hacer, porque no estamos dispuestos a volver al pasado.
P. ¿Están conjuradas las tentaciones de construcciones paralelas a las institucionales, como se temió con Kontseilua?
R. No llevamos veintitantos años consolidando unas instituciones para tirarlas por la borda ni muchísimo menos. Algunos pueden querer construir partiendo de otras cosas, pero nuestra posición tiene encaje en ellas y está escrito cuál es.
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