"Queremos hacer una política de Estado, de largo plazo, y no de fallas y pandereta"
Enrique Cabrera no tiene pelos en la lengua. Con un discurso en un valenciano diáfano, este catedrático de Mecánica de los Fluidos nacido en Vila-real (Castellón) aspira a sus 52 años a "culminar" su carrera con un proyecto de gobierno diseñado para "democratizar" la gestión y dirección de la Universidad, empezando, para ello, con la sepultura de lo que llama "voto sesgado" del claustro que, en la actualidad, elige al rector. De ganar, pretende pasar a los anales de la historia de la Politécnica como el rector que acabó con el voto "cautivo" y abrió la elección a los 35.000 miembros de toda la comunidad universitaria. Pregunta. A cuatro días de la elección, ¿cómo están los ánimos?
Respuesta. Los ánimos están muy bien, si pudieran votar los 2.500 profesores de la Universidad, no sólo los del claustro (350), ganaríamos por goleada, 5 a 0. Ahora ganaremos con toda seguridad, pero por mínimos y en segunda vuelta.
P. ¿Qué ha visto, que ha pulsado en el ambiente estos días, en sus recorridos de campaña por los distintos campus?
R. He detectado muchísimas presiones por parte de los otros dos candidatos hacia el profesorado y los alumnos. Los están haciendo pasar por la capilla. El voto por correo en Gandia es ya del 30%. Los métodos de amenaza del voto a cambio de plaza de catedrático están a la orden del día. El equipo de Justo Nieto presiona a los profesores y el de Pedro Miguel Sosa a los alumnos, eso hace que la gente esté harta y haya emitido ya su voto por correo. Es digno del Guinness, parece que se jueguen el fin del mundo. Se han perdido los principios éticos en esta campaña.
P. ¿Cuál es su mensaje electoral, en este complicado contexto?
R. Hay tres mensajes claros en mi discurso. El primero es la democratización de la Universidad para que pueda votar toda la comunidad universitaria. Esto se parece ahora a la época de Franco, hay que hacer una democracia propia del siglo XXI. En segundo lugar, queremos hacer una política de Estado y no de jardines. Una política de cimentación, una política de largo plazo, y no de fallas y pandereta.
P. ¿Qué problemas ha detectado, qué necesidades ha encontrado en los profesores y alumnos?
R. Lo más grave ha sido ver el deterioro de la formación, de las titulaciones, de la calidad de la enseñanza. La situación en la que se encuentran las aulas es muy inferior a las excelencias de ciertos edificios de investigación. Hay una diferencia enorme entre lo que es el marco donde se dan las clases y ciertos edificios de señores distinguidos.
P. ¿Quiere decir que hay ciudadanos de primera y de cuarta en la Politénica?
R. Mira, sólo hay que entrar en esa especie de mausoleo de mármol, más propia del rey Hassan, que hay en la Escuela de Ingenieros Técnicos Agrónomos, en la avenida de Blasco Ibáñez. Por tanto, sí quiero diferenciar bien mi programa. Queremos reglas del juego claras para hacer una universidad del siglo XXI. Hay que cimentar las bases para ello y acabar con la política esclavista y paternalista de que el profesor se debe al rector. Y esas reglas pasan por hacer una política donde se primen los derechos del profesor, frente a las deudas que tiene su superior. Sólo así se podrá hacer una formación de calidad. Que el profesorado se promocione en función de su productividad y calidad. Hay que acabar con el esclavismo y garantizar el derecho a la estabilidad profesional.
P. ¿Por qué ha lanzado su candidatura en este momento, y de forma tan precipitada?
R. Para un profesional de la docencia universitaria como yo, en su currículum, esto es como la culminación de una carrera. Tengo ilusión, fuerza y ganas. ¿Qué es la Universidad Politécnica? ¿Cuál es el modelo que queremos? Lo que es seguro, es que un gestor como Pedro Miguel Sosa, que se ha pasado diez años en un despacho, ha perdido el contacto con la realidad. Lo mismo que Nieto, que lleva 20 años sin dar clases ni hacer una publicación. ¿Es ese el modelo de rector que queremos? Un rector con experiencia de gestor o un catedrático que conozca la realidad. Sosa es un tecnócrata, un político. ¿Queremos un rector-universitario o un rector-gestor?
P. En este mundo gobernado por estructuras de poder tan fuertes, ¿qué pasaría si perdiera Justo Nieto, después de 14 años ininterrumpidos?
R. Si Nieto pierde, puede ocurrir una hecatombe. Nieto en este momento se debe al equipo que lo ha empujado a presentarse, que lo respalda. En hidráulica, la probabilidad se mide por el riesgo. Y esto es lo que hay que medir en este caso. Creo que en esta Universidad hace falta un debate de ideas, abrirse.
P. Usted propuso un debate.
R. Yo lo he propuesto a los otros dos candidatos. Después de 15 años de gobierno de Justo Nieto, en esta Universidad hace mucha falta debatir públicamente. Yo soy un hombre de equipo, trabajo con 25 personas en mi departamento, mientras que Nieto ha tenido en 15 años 30 o 35 vicerrectores y eso no ha cambiado el sello presidencialista de su gestión.
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