Los moderados de CDC plantearán un cambio ideológico tras el 12-M
El sector moderado de Convergència Democràtica (CDC), el partido que lidera Jordi Pujol, se está reorganizando para lograr un cambio de rumbo ideológico y político tras las elecciones generales de marzo. El cabeza de cartel de Convergència i Unió (CiU), Xavier Trias, se ha visto obligado a pedir que se aplacen hasta pasados los comicios diversos actos que este ala de la formación, próximo a las posiciones del anterior secretario general, Miquel Roca, pretendía celebrar en febrero.Los moderados se oponen a que el sector más nacionalista de Convergència sea el que marque la línea estratégica e ideológica del partido. Uno de los líderes más destacados del colectivo radical por sus reivindicaciones nacionalistas es uno de los hijos del presidente de la Generalitat, Oriol Pujol, quien además aspira a un alto cargo en el Ejecutivo de su padre.
El órdago que han lanzado los roquistas se produce en un momento en que están en juego desde la sucesión del propio Pujol al frente de la Generalitat, hasta una futura fusión con Unió Democràtica (UDC), el partido socio de CDC en la coalición.
La delicadeza del momento político ha hecho que fuera el propio Trias quien haya solicitado esta tregua hasta después de las elecciones. Las acciones de los moderados van dirigidas también contra el actual secretario general de CDC, Pere Esteve, por su acercamiento a los nacionalistas gallegos del BNG y a los vascos del PNV. La Declaración de Barcelona, -la foto de CiU junto a los nacionalistas del resto de España- y la propuesta de CDC de buscar un pacto de Gobierno e incluso una coalición electoral con los independentistas de Esquerra Republicana han sido dos de los elementos que más han contribuido a enconar posiciones con vistas al congreso que los convergentes celebrarán en otoño. Estas discrepancias se han manifestado ya en el seno del secretariado permanente -el sanedrín de CDC-, con enfrentamientos sobre la línea que debería seguir la coalición en esta campaña. Mientras Esteve apostaba por primar las reivindicaciones nacionalistas en el mensaje electoral, Trias y el sector moderado se inclinan por dar mayor contenido social al programa.
Las diferencias en el partido pueden agravarse tras las elecciones del 12 de marzo, según los resultados que obtenga la coalición. Si CiU consigue menor representación de los 16 diputados actuales o sus votos no son necesarios para garantizar una mayoría, la crisis estaría servida. El objetivo que tiene cada uno de los diferentes sectores es marcar su territorio y articularse antes de un congreso que se prevé como uno de los más movidos que ha vivido el partido desde su fundación hace 25 años.
Este congreso será decisivo para el futuro del partido y de la coalición, porque es el primero que celebrará CDC con la convicción de que Pujol no se presentará a la reelección como presidente de la Generalitat. El mismo congreso deberá abordar las nuevas relaciones con sus socios democristianos de Unió.
Pere Esteve, que ha sido el valedor e impulsor de la política de entente con el partido que lidera Josep Antoni Duran Lleida, afronta este congreso con la intención de presentarse a la reelección, pero sin apoyos demasiado concretos. Por un lado, los roquistas lo ven con recelo y, por otro, los nacionalistas más radicales, los jóvenes alineados alrededor de Oriol Pujol, no lo consideran uno de los suyos. Esteve, sin embargo, puede presentar ante el congreso un balance electoral positivo. Los comicios sobre los que ha tenido reponsabilidad como director de campaña han sido favorables de CiU.
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