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Almunia plantea el voto como dilema entre "un Gobierno de los Villalonga" y otro de progreso El líder socialista achaca el retraso del programa del PP a que se está consultando con Pujol

Luis R. Aizpeolea

El candidato socialista a la presidencia, Joaquín Almunia, planteó ayer las elecciones del 12-M como un dilema para los españoles entre "un Gobierno de los Villalonga" -en alusión al presidente de Telefónica, "amigo de pupitre de José María Aznar"- y un "Gobierno de progreso". Aprovechó el retraso de Aznar en la presentación de su programa electoral para preguntar si acaso se lo está consultando a Jordi Pujol. Igualmente negó validez a las encuestas, que en estos momentos marcan una clara ventaja del PP sobre el PSOE. "Se equivocan", respondió rotundamente.

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Almunia, en su mitin de Badajoz, ante un millar de personas, jugó fuerte la carta de la confrontación entre izquierda y derecha que le ha permitido el pacto que ha suscrito con Izquierda Unida. El líder socialista contrapuso la "claridad" de sus alianzas, recogidas en un "programa de progreso", frente a lo que representa José María Aznar.En este sentido, el secretario general del PSOE presentó al presidente del Gobierno como un político vinculado a los poderes económicos y a las influencias políticas del nacionalismo. "¿Quién gobernará España? ¿Aznar o Villalonga, su amigo de pupitre?".

Esta pregunta marcó el eje de su intervención. Joaquín Almunia aseguró que "11 empresarios elegidos por Aznar controlan las dos terceras partes de la Bolsa española", y responsabilizó al presidente del Gobierno de una política de concentración del poder económico que "perjudica a los ciudadanos".

En cambio, Almunia afirmó que él defiende a los empresarios que "sudan la camiseta y que son necesarios para el progreso; pero no a los falsos, que multiplican todos los días su poder a base de apaños y acuerdos entre ellos".

En este contexto, expresó su preocupación por el acuerdo alcanzado recientemente entre el BBVA y Telefónica, por el riesgo de la "creación de oligopolios" que "perjudican a los consumidores". Almunia hizo una defensa encendida de la creación de empresas que originan riqueza y empleo, así como de los empresarios creadores. Pero expresó su abierto rechazo a "fusiones espúrias".

También contrapuso su alianza de izquierdas en esta campaña frente al silencio de Aznar con las suyas. Así, vinculó el retraso de la presentación del programa del PP a estas alianzas. "¿Lo está consultando con sus socios nacionalistas? ¿Está corrigiendo Jordi Pujol el programa de Aznar?", se preguntó.

Almunia, que no tuvo duda alguna en atribuir a Aznar la preparación de un pacto con los nacionalistas, remató este apartado con un rechazo a la existencia del centro político que reivindica Aznar. "El centro es un estilo de hacer política caracterizado por el diálogo y el consenso".

También explotó su pacto con IU para enfatizar que había logrado bloquear la campaña electoral del líder del PP. "Aznar no se lo esperaba. Con tres banderas españolas quería hacer olvidar a los españoles la política que ha hecho, con quiénes ha gobernado y para quién ha gobernado ". Y añadió: "Ha bastado el acuerdo con IU y seguir con el de Nueva Izquierda para que se haya quedado sin recursos y sin campaña".

El líder socialista recordó también que las acusaciones vertidas desde el Partido Popular en el sentido de que si ganan PSOE e IU España saldrá de la Unión Europea ya no tienen efecto. "Son los nuestros, y fue Felipe González el que metió a España en la UE", zanjó.

Como consecuencia del bloqueo de la campaña de Aznar, Almunia señaló que aquél "se está comportando como líder de la oposición". Por eso atribuyó su "demagogia e insultos" en esta precampaña al "miedo" que le ha producido el ascenso de la izquierda.

Debate en TVE

A renglón seguido, el líder socialista pidió a Aznar un debate cara a cara entre ambos candidatos en TVE. Y, al hilo de las preguntas que haría en dicho debate, aprovechó para denunciar la creación de las fundaciones sanitarias como "vías de privatización de la sanidad, la dedicación de los recursos del Estado a la enseñanza privada sobre la pública y la marginación en inversiones públicas de las regiones más atrasadas como Extremadura".

En este último sentido criticó la política autonómica del Partido Popular, "que ha humillado a las comunidades autónomas que no le votaron" y no ha apoyado a las que necesitan una mayor solidaridad.

Almunia admitió que las encuestas no le van bien, pero contestó tajantemente que no se las creía. "Se equivocan". En su opinión, el PSOE va a ganar porque se está produciendo un movimiento paulatino en la calle de apoyo al programa de izquierda. "Noto ese vuelco en la gente", porque "somos más los que queremos un Gobierno de izquierdas que un Gobierno de los Villalonga". A su juicio, las ganas que percibe en la gente son mucho mejores que en 1996, cuando, dijo, el PP no ganó por los méritos de José María Aznar, sino porque el PSOE dio las elecciones por perdidas.

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