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El BBVA se engancha a Internet

El grupo bancario apuesta por la "nueva economía" y espera ganar 550.000 millones en 2002

El Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) celebró ayer su primera junta de accionistas cubierto de entusiasmo. En su domicilio social, Bilbao, 116 días después del anuncio de la fusión que le dio origen y con el acuerdo con Telefónica caliente, los presidentes de la entidad, Emilio Ybarra y Francisco González, no tuvieron que hacer muchos esfuerzos para dejar claras sus apuestas (el negocio de Internet, sin olvidar el tradicional), cuantificaron sus objetivos a corto y medio plazo e hicieron las pertinentes peticiones al Gobierno que se forme tras las elecciones.La junta, que duró dos horas y media, estuvo impregnada por esa "nueva economía" que tanto da que hablar en estos tiempos y que es la sustancia del acuerdo suscrito entre el BBVA y Telefónica el viernes. "Un proyecto ganador", según Emilio Ybarra.

González, un apasionado de estos nuevos negocios centrados en Internet, fue el encargado de abrir el fuego. Su discurso, que repasó la economía mundial y el futuro de las finanzas, alcanzó su momento culminante cuando se adentró en este mundo actual.

En su opinión, el fenómeno gira sobre tres ejes: el rápido desarrollo de las tecnologías de la información, la globalización y la convergencia entre los distintos sectores económicos. "Aunque de estos tres, es el desarrollo tecnológico el que más influye en el proceso de transformación mundial, y el principal agente de este cambio es la revolución de las telecomunicaciones y el tratamiento de la información", subrayó, para después definir Internet como el icono de todo ello. "El fenómeno Internet es, sin duda, la mayor revolución que se ha producido en la historia reciente, desde la máquina de vapor, que dio origen a la revolución industrial", manifestó.

Luego arrojó al auditorio un aluvión de datos: Internet es un "nuevo estado", formado por 250 millones de personas; las inversiones en la red se multiplicarán por seis en los próximos cinco años; su volumen de negocio aumentará un 56% cada año, hasta alcanzar 2,8 billones de dólares en 2003, convirtiéndose en el tercer sector más grande de la economía mundial, hasta llegar al 7% del PIB del mundo, lo que supone que será mayor que las economías de Alemania, Francia o Reino Unido.

Este alud de cifras sirvió, primero a González y posteriormente a Ybarra, para justificar la decidida apuesta del BBVA por las nuevas tecnologías y a su aplicación más allá del campo estrictamente bancario. Y en ese contexto, los dos remarcaron tanto la creación del banco Uno-e como el amplísimo acuerdo rubricado con Telefónica.

Por si el entusiasmo llegaba a desbordarse, hicieron una llamada al sosiego. "En la nueva economía, como en los sectores tradicionales, el éxito empresarial no es cuestión de imitación ni de modas. Es preciso detectar dónde residen las oportunidades de negocio y ser selectivos en las inversiones", dijo González, utilizando argumentos que también esgrimió Ybarra durante su posterior intervención.

No quisieron olvidar o minusvalorar la importancia que la red bancaria tendrá para un banco como el BBVA. "Nosotros pensamos", explicó Ybarra, "que la oficina física sigue siendo el canal más importante en la actualidad y que lo seguirá siendo durante bastante tiempo". "Aunque no en su concepto de oficina tradicional, sino en una morfología que va evolucionando con el tiempo y el negocio", explicó. Es la filosofía de la llamada Oficina 2000, en la que desaparecen prácticamente las labores administrativas y en la que la plantilla se dedica directamente a la venta.

A Ybarra, dentro del estudiado reparto de papeles con González, le tocó detallar el pacto con Telefónica y fijar los objetivos de la entidad. Destacó el intercambio accionarial entre los dos grupos (Telefónica se hará con el 3% del banco y éste llegará al 10% de la operadora); la nueva composición del banco por Internet Uno-e, que tomará la ficha del Banco del Comercio y cuyo capital estará distribuido con el 51% para el BBVA y el 49% restante para Telefónica; la sociedad para explotar el comercio electrónico entre empresas o el pacto para participar en los concursos de móviles UMTS en Europa. "Estamos ante un proyecto ganador, cuyo objetivo es convertirse en un participante global en el espacio financiero mundial de Internet", remachó.

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