El principal sindicato marroquí denuncia al Gobierno español ante la OIT en Ginebra

Las reacciones en Marruecos a los incidentes racistas de El Ejido han ido ganando dureza. Tras la advertencia del Gobierno marroquí el jueves de que "no puede admitir" la situación creada en el Poniente almeriense, el principal sindicato de Marruecos, la Confederación Democrática de los Trabajadores (CDT) presentó ayer una denuncia ante la Organización Internacional del Trabajo en Ginebra contra el Ejecutivo de Madrid por no haber protegido a los inmigrantes. El Gobierno español respondió al aviso del marroquí que su "determinación" es acabar con la xenofobia.

La central que dirige Nubir Amaui, miembro del Buró Político de la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP), partido del primer ministro, Abderraman Yusufi, considera que los sucesos de El Ejido han sido "alentados" por quienes quieren ganar "el voto fascista en las próximas elecciones de marzo". El sindicato sugiere además al Gobierno de Rabat, con el que coincide en apreciar pasividad en la actuación de las fuerzas de seguridad españolas, que llame a consultas a su embajador en España y una sesión extraordinaria del Parlamento marroquí. Asimismo, la CDT, que enviará la próxima semana una delegación a Almería, solicita al Ejecutivo español que garantice la seguridad de los marroquíes, proteja sus derechos, inicie acciones judiciales contra los autores de los ataques e indemnice a las víctimas.

El portavoz del Gobierno, Josep Piqué, expresó ayer la "determinación" del Ejecutivo de combatir los "brotes xenófobos y racistas" que se han manifestado estos días en la localidad almeriense de El Ejido. Piqué dijo, tras el Consejo de Ministros, que no fue la pasividad lo que guió la actuación de las fuerzas de seguridad del Estado sino la "voluntad del Ejecutivo de minimizar los enfrentamientos". También admitió que, posteriormente, las fuerzas de seguridad "han adaptado su actuación a los hechos", en alusión a las detenciones de los últimos días.

Por su parte, el representante de la Casa Real alaui André Azoulay calificó en Sevilla ese brote xenófobo en Almería, aunque sin referirse a él expresamente, de "insulto a la herencia común" y "al futuro común" de las comunidades española y marroquí. Azoulay realizó estas declaraciones durante la apertura de la reunión del Patronato de la Fundación de las Tres Culturas del Mediterráneo, en la que también participó el presidente andaluz, Manuel Chaves. El consejero real marroquí añadió que esa fundación debe desarrollar una política "más visible, más activa y agresiva, cuyos resultados puedan verificarse en una próxima reunión". "Los que predican la exclusión, el racismo y la xenofobia son los más débiles, pero esa debilidad debe desaparecer", proclamó.

Preocupación en la ONU

La alta comisaria de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Mary Robinson, se ha manifestado "muy preocupada" por los sucesos de El Ejido, según dijo ayer su portavoz, José Luis Díaz. Robinson ha pedido a las autoridades españolas información precisa sobre esos hechos y sobre "las acciones emprendidas para prevenir la repetición de nuevos actos de violencia contra los inmigrantes en el sur de España", informa Luis Vázquez.

La Organización Marroquí de Derechos Humanos (OMDH), la más activa en la defensa de los derechos y libertades y que ha denunciado los "años de plomo" de la represión en Marruecos, reclama el enjuiciamiento de los responsables de la violencia racista y pide "la indemnización de las decenas de víctimas".

Las denuncias de la prensa marroquí han ido aumentando en virulencia y varios periódicos ven en los sucesos de El Ejido un trasfondo electoral. A las primeras criticas contra el "racismo español" se han sucedido las acusaciones a los "lobbys económicos" de alimentar "el odio racial", según escribe el cotidiano centrista Al Maghrib.

De "pogromo antimarroquí" y hasta de "nuevo Auschwitz" califica los hechos el diario Le Quotidien, mientras el semanario Maroc Hebdo titula "los perros andan sueltos". "España masacra a los trabajadores marroquíes instalados allí a su petición", añade la revista. Le Matin, próximo a la monarquía, exige "la aplicación de la convención sobre la protección de inmigrantes y sus familias" y recuerda que "sin esos moros, Algeciras sería un pequeño puerto pesquero, Almería un desierto y Andalucía no sería lo que es hoy".