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El Príncipe refuerza los lazos con el Reino Unido en su primera visita oficial

Don Felipe de Borbón dio ayer un paso significativo para fortalecer los lazos entre España y el Reino Unido en la primera jornada de un apretado itinerario de cuatro días por territorio británico. En su tercer viaje oficial a un país europeo y el primero al Reino Unido, el príncipe de Asturias se entrevistó con el primer ministro, Tony Blair, y con el responsable de Asuntos Exteriores, Robin Cook, y mantuvo un encuentro con un grupo de hispanistas en la sede londinense del Instituto Cervantes.

La jornada concluyó con una cena en el Palacio de San James que ofreció en su honor el Príncipe de Gales. El clima no acompañó la visita oficial del Príncipe de Asturias. El cielo encapotado, vientos fríos del norte y una llovizna constante fueron la tónica de la jornada de ayer desde la llegada del avión militar a la base aérea de Northolt a media mañana.

Pero el temporal no deslució la primera etapa de una cita que Londres prepara desde hace más de seis meses. Felipe de Borbón, siempre cortés y sonriente, con un traje de chaqueta azul marino como máxima prenda de abrigo, acercó el calor español a la isla británica. Recorrió ayer el Reino Unido con igual entusiasmo que en sus anteriores viajes oficiales a Portugal y Francia, entre los visitados en Europa.

Mejora de relaciones

"Es una visita de cortesía que refleja la mejora tan importante que se viene produciendo en las relaciones entre España y el Reino Unido en los últimos años" señaló un portavoz del primer ministro Tony Blair.

Acompañado por el embajador español en Londres, el Marqués de Tamarón, y Ramón de Miguel, secretario de Estado, Felipe de Borbón llegó a Downing Street al toque de las campanadas de las tres, siguiendo sin saberlo los pasos de Cherie Blair, la esposa del jefe del gobierno británico, que espera su cuarto hijo.

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El encuentro con Blair fue breve, algo menos de media hora, pero "muy interesante", de acuerdo con su portavoz. "Subraya la importancia que el Reino Unido concede a las relaciones con España. Fortalecer estas relaciones es nuestra más absoluta resolución", dijo.

El contencioso de Gibraltar, espina en la amistad entre ambos reinos, se mantuvo aparentemente ausente de la apretada agenda de Felipe de Borbón.

Otros temas centraron la atención del Príncipe en sus contactos con los altos representantes del Gobierno laborista. La evolución del proceso de paz en Oriente Medio y la situación actual en Latinoamérica centraron la conversación durante el almuerzo que ofreció el ministro de Exteriores, Robin Cook, en su residencia oficial de Carlton Gardens.

La presencia entre los comensales de la experta en medio ambiente Funny Coledoe ayudó a centrar el debate en los destrozos del huracán Mitch, que asoló Centroamérica en el otoño de 1998.

Reunión con catedráticos

El interés del Príncipe por todo lo relacionado con España condujo al séquito real hasta la sede del Instituto Cervantes. Su director en Londres, Enrique Wulff, agrupó junto a una mesa presidida por don Felipe a un distinguido panel de hispanistas, historiades y lingüistas, que expusieron los avances de los estudios hispanos en el Reino Unido.

El grupo de siete catedráticos, entre los que se encontraban los historiadores, John Elliot y Hugh Thomas, y los linguistas, Paul Julian Smith y Jo Labanyi, sacó a relucir un próximo informe independiente en el que se demuestra que la enseñanza del castellano está "creciendo de manera muy significativa" entre los británicos adultos.

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