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El subdelegado del Gobierno en Almería, apaleado por vecinos tras el funeral por Encarnación López

,Miles de vecinos de El Ejido (Almería) se concentraron a las cinco de la tarde de ayer en la iglesia de Santa María del Águila para despedir a Encarna López Valverde, que murió el sábado apuñalada, presuntamente, por un inmigrante. Minutos antes de que comenzara la misa, un familiar de la fallecida pidió tranquilidad. Pese a la tensión, la ceremonia transcurrió con sosiego. Sin embargo, tras el funeral, se desataron los ánimos y el subdelegado del Gobierno, Fernando Hermoso, quedó atrapado entre un grupo de exaltados que le propinaron una paliza. Otros vecinos volvieron a cortar carreteras.

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Con la iglesia abarrotada y miles de personas más en la calle, el párroco encargado de oficiar el funeral aprovechó el momento para pedir calma y buscar vías de solución a los problemas. Durante toda la misa, la gente permaneció en un estado de calma tensa. El alcade de El Ejido, Juan Enciso, el delegado del Gobierno en Andalucía, José Torres Hurtado y el subdelegado del Gobierno en Almería, Fernando Hermoso Poves, acudieron al funeral. Hermoso quiso estar presente en la misa, a pesar de que apenas unas horas antes le acababan de comunicar que su padre había fallecido.El clima de serenidad en el que se desarrolló el funeral se quebró bruscamente en apenas unos segundos. Mientras salía el féretro, un grupo de personas reclamó a gritos "pena de muerte para los asesinos". En el mismo momento en el que partió el coche fúnebre se desataron los ánimos. Algunos de los congregados frente a la iglesia, a los que ya se habían unido otros ciudadanos que llegaron subidos en camiones, comenzaron a insultar al subdelegado del Gobierno. También corearon gritos contra la asociación Almería-Acoge, que se dedica al apoyo a inmigrantes.

Hermoso trató de permanecer tranquilo, pero la tensión fue a más y el subdelegado quedó atrapado entre una muchedumbre de exaltados que le propinaron una paliza. Tras zarandearlo y empujarlo unos 200 metros, lo tiraron al suelo y le patearon la cabeza y otras partes del cuerpo. Sangrando por la nariz, lo único que se le podía escuchar a Fernando Hermoso, en el tremendo caos en el que se vio envuelto, era pedir un coche para que lo sacaran de allí.

El subdelegado tuvo que huir en su coche oficial, que fue perseguido por las calles del pueblo, mientras que Torres Hurtado y el alcalde y otras autoridades se refugiaron en la iglesia. Salieron 15 minutos después escoltados por 15 furgones policiales.

Cuando finalmente pudo ser rescatado de los ataques por algún vecino que acudió en su ayuda, Hermoso salió de Santa María del Águila para acudir al entierro de su padre, en Jaén. El propio Hermoso confirmó, después del altercado, al delegado del Gobierno en Andalucía que se encontraba bien y quiso restarle importancia a lo sucedido. Tampoco hubo ningún detenido por este ataque.

Después de la agresión, mientras cientos de personas se desplazaban a pie por la carretera de Santa María del Aguila para acudir al cementerio, otro grupo se quedó en la vía, donde cortaron el tráfico y quemaron un coche. También se produjeron enfrentamientos con inmigrantes. A partir de ese momento, llegó la policía y la situación recobró cierta apariencia de calma hacia las 19.30.

El alcalde de El Ejido (PP) dijo ayer a Efe: "No es un problema entre unos y otros, sino un problema generado por nuestra propia riqueza, y por eso entre todos tenemos que arreglarlo lo mejor posible". Pidió más presencia policial para "controlar a personas que pueden infundir sospechas". "Somos la puerta de África (...) y es imposible controlar a todas estas personas que entran ilegalmente".

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