Aguas potables e imprevisoras

Hasta ahora, la compañía suministradora de agua potable a Valencia era noticia por las trapisondas en el seno de su accionariado, donde bulle una inextricable e incesante lucha por el control de la empresa. Pero esa guerra mercantil entre ballenas codiciosas le tenía sin cuidado a los ciudadanos con tal de que no fallase el abastecimiento. ¿Qué más nos daba que el capital tuviese un color u otro, si en todo caso iba a ser ajeno? Sin embargo, desde el jueves pasado el vecindario tendrá que preguntarse por la catadura de esos concesionarios que, sin aviso previo ni con la debida información, se permiten privar de suministro durante 24 horas a buena parte de la población. Con el agravante de que tratan de sacudirse su inepcia apelando al mayor consumo que se ha producido por el calor de los últimos días. ¿Qué calor, el que ellos gozaban en el Caribe mientras que aquí se agotaba el agua embotellada? Otras y mejores habrán de improvisar para atenuar lo que ya es un juicio popular: son unos imprevisores o acaso irresponsables.