El 'negro de Banyoles'

Las declaraciones del señor Joan Domènech sobre el llamado negro de Banyoles que aparecen en la sección de Cataluña de EL PAÍS del pasado 3 de febrero no puden producir más que sonrojo y estupor. ¿Se trata de un caso de pura desinformación o es que realmente el señor Domènech, todo un delegado de Cultura, es tan ignorante? Para él, el negro de Banyoles es una "pieza" y, además, "un exponente de una manera de pensar de otra época", por lo que, a su manera de ver, su exhibición es totalmente lícita.Yo creo que no hace falta estar al corriente de la feroz guerra genocida contra los bosquimanos y otros pueblos de etnia khoisan, durante la cual la recogida por parte de los vencedores de trofeos de guerra y "especímenes científicos" -algunos de los cuales se exhibieron hasta hace poco en museos de la Suráfrica racista- era práctica habitual, para darse cuenta de que la exhibición museística de un cuerpo humano como una "pieza" más es éticamente inaceptable.

El bosquimano de Banyoles procede, sin duda, de esa época siniestra durante la cual un pueblo entero fue barrido de la faz de la Tierra, en el que es uno de los genocidios más atroces que ha conocido la historia de la humanidad. Por tanto, el asunto difícilmente puede contemplarse "con toda naturalidad" y "desde un punto de vista cultural" (!?).

Dudo mucho, pues, que las reclamaciones del doctor Arcelin obedezcan a una cuestión de "pundonor" por su parte, como afirma el señor Domènech. Más bien entiendo que están motivadas por un sentimiento de rechazo visceral, que muchos compartimos, a una práctica que, aunque en efecto, procede de "otra época", el presente no puede en modo alguno seguir perpetuando.- José Manuel de Prada Samper. L'Hospitalet de Llobregat.