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Irureta: "La Copa del Rey requiere mucho esfuerzo para poco premio"

Xosé Hermida

La Copa ahondó en la crisis del Deportivo, que, tras caer eliminado ante Osasuna en su propia estadio, sumó la séptima derrota en los últimos nueve partidos. Ante la aprensión general y las tensiones surgidas en el vestuario en los últimos días, el presidente, Augusto César Lendoiro, acudió ayer al entrenamiento para inyectar optimismo a los futbolistas. Lendoiro evitó escrupulosamente los reproches -"no es tiempo de regañinas"-, al igual que el entrenador, Javier Irureta, para quien "la Copa requiere mucho esfuerzo para poco premio".

Ni siquiera el presidente Lendoiro lo puede negar y su infrecuente gesto de ayer, disfrazado de una visita a las obras de la ciudad deportiva blanquiazul, fue la mejor prueba de la delicada situación de este anómalo líder de una Liga repleta de anomalías. "Estamos mal, es cierto", reconoció Lendoiro tras ver a la plantilla y charlar con sus tres capitanes, Fran, Mauro Silva y Donato. No es Lendoiro de esos dirigentes aficionados a atizar a sus jugadores cuando vienen mal dadas y ayer tampoco abandonó las buenas maneras. "Todo depende de nosotros", proclamó el presidente ante la prensa, "no hay por qué pensar que todo está perdido. Si en el verano nos dicen que íbamos a estar cómo estamos, cualquiera diría que la clasificación actual es extraordinaria. Además, nos vamos a jugar la Liga en casa. Nos quedan nueve partidos en Riazor y siete fuera. Tenemos que aprovecharlo".La intervención de Lendoiro se produjo a cuatro días de la visita del Madrid a Riazor, un partido crucial para calibrar las posibilidades de ambos de luchar por el título. Pero, al margen de los ánimos pacificadores del presidente, lo cierto es que la derrota ante Osasuna se asumió con mayor naturalidad que tropiezos anteriores. Esta vez no ha habido voces disonantes y el propio Irureta se encargó de dejar bien claro que no tiene nada que reprochar a sus jugadores. Frente a las críticas veladas de los últimos días -el técnico insinuaba que el equipo tenía cierta actitud indolente y no se concentraba en los partidos-, Irureta se mostró comprensivo con la actuación del pasado miércoles: "Hemos hecho todo lo humanamente posible para ganar, desde el punto de vista físico y desde el táctico". Y, como no hay mal que por bien no venga, el entrenador dejó traslucir que, en el fondo, siente cierto alivio por librarse de una competición que contribuye al desgaste del equipo sin ofrecer grandes réditos a cambio. "La Copa requiere mucho esfuerzo para poco premio", sentenció.

"Pasemos página", fue la invitación que salió de la boca de Lendoiro y de uno de los capitanes, Mauro Silva. Pero el impacto de la derrota frente a Osasuna no es tanto que el Deportivo haya quedado fuera de la Copa como que volvió a mostrar su incapacidad para revertir una situación que se prolonga desde el comienzo del año. Irureta, la afición y la prensa local se devanan los sesos buscando explicaciones al brusco hundimiento del equipo. Hay quien sospecha que los jugadores se descuidaron en las vacaciones de Navidad, quien ve síntomas de aburguesamiento y quien lo reduce todo a un cambio en los designios de la fortuna. Tampoco se debe desdeñar la influencia de las lesiones. En ese aspecto, la plantilla no ha estado a la altura de las expectativas. Las ausencias en las últimas jornadas de futbolistas como Djalminha, lesionado, y Naybet, en la Copa de Africa, se han notado en exceso, así como los problemas físicos de Víctor. Frente al Madrid faltará Flavio, uno de los que más ha bajado su rendimiento desde que la competición se interrumpió en diciembre.

En cualquier caso, y por paradójico que parezca, el Deportivo siempre se ha mostrado como un equipo muy irregular, incluso cuando encadenó siete victorias consecutivas. En sus mejores momentos, los hombres de Irureta pasaban en el mismo partido de lo espectacular a lo ramplón con desconcertante facilidad. Hacían un cuarto de hora luminoso de fútbol y goles, se relajaban y acababan pidiendo la hora. La pegada que mostraban entonces jugadores como Makaay, Pauleta o el propio Djalminha se ha esfumado. Con una tendencia tan errática, casi resulta coherente que el Deportivo sea el líder de una Liga caracterizada por la irregularidad general.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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