ETA envió dos emisarios a México para frenar las expulsiones y sondear a etarras históricos

La inquietud despertada en los etarras refugiados en México por la entrega a España de cuatro de ellos en este mes llevó a ETA a enviar a dos emisarios para calmarles, tratar de evitar más expulsiones y sondear a militantes históricos sobre su posible vuelta a la lucha. Los comisionados fueron detenidos el sábado, de regreso, en el aeropuerto de Madrid-Barajas, como supuestos integrantes del aparato de relaciones internacionales (Xaki) de la banda. La documentación que llevaban es "muy importante" y puede propiciar más detenciones, según fuentes de la investigación.

Las expulsiones de Josu Gotzon Larrea y Miguel Santiago Izpura -detenido en su casa de Querétaro- el pasado día 16 llevaron el nerviosismo al centenar de integrantes del colectivo de miembros y colaboradores de ETA huidos a México. La inquietud se hizo temor tras las inmediatas de José Ángel Ochoa de Eribe y Mikel Arrieta, capturados en sus domicilios de la capital mexicana esa misma noche. Los cuatro fueron acusados de estancia ilegal en el país o de "irregularidades en su situación migratoria", según la Procuradoría General.Estas expulsiones, que han sido recurridas ante un tribunal del Distrito Federal y denunciadas ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, cayeron como una bomba en el grupo.

"Como podrá imaginar, estas detenciones ilegales han generado un ambiente de consternación y en algunos casos de temor", indican fuentes del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, un organismo mexicano cuyos abogados se han encargado de los trámites legales para tratar de frenar estas expulsiones.

"Una mujer rubia"

Estas fuentes aseguran que "presuntos agentes españoles en México" han vigilado a familias vascas "durante sus actividades cotidianas". Estos seguimientos habrían sido realizados por "una mujer rubia de aspecto español, de mediana edad, de 35 a 40 años, acompañada de dos individuos de apariencia mexicana", añaden.

El Ministerio del Interior niega que policías españoles hayan realizado esa labor en México y subrayan que las cuatro últimas expulsiones no habían sido solicitadas por España. Además, aseguran que en los últimos meses ha habido varias visitas de emisarios de ETA y HB a México, Cuba, Uruguay y Venezuela para intentar que miembros de sus colectivos se acojan a la oferta del Gobierno español a 304 refugiados sin causas pendientes con la justicia para que vuelvan a España.

La psicósis entre los refugiados forzó, supuestamente, a ETA a ordenar a Xaki, su Ministerio de Asuntos Exteriores, que enviara a México a dos emisarios. Los elegidos fueron Íñigo Elkoro Ayastuy y Mikel Korta Carrión, presunto responsable de Xaki en América, que, según fuentes de la investigación, se desplazaron a la capital mexicana hace ocho días para calmar a ese colectivo y levantar su moral, darle instrucciones, mediar ante el Gobierno mexicano para intentar que no haya nuevas expulsiones y, de paso, sondear el posible regreso de etarras a Francia y España.

Los dos comisionados fueron seguidos durante los ocho días que permanecieron en México, siempre según medios de la investigación. Ambos se subieron al avión a las 4.30 del sábado (hora española) y a su lado, sin que ellos lo supieran, se sentaron dos policías españoles. Cuando se cerraron las puertas y el avión comenzó a rodar por la pista se dio la orden en España para el despliegue policial en Navarra, Álava y Vizcaya que supuso la detención de seis personas acusadas de integrar también el aparato etarra de relaciones internacionales.

Los agentes que volaban junto a ellos tenían la misión de impedir que Korta y Elkoro recibieran algún aviso y que se deshicieran de los documentos que portaban en sus maletines. Una vez en Barajas, aún sin recibir aviso alguno, ambos fueron detenidos en la pasarela que los llevaba del avión a la terminal internacional.

La policía considera que los documentos y los disquetes de ordenador que portaban los dos emisarios "es muy importante" y contiene datos "técnicos y financieros" sobre los etarras residentes en América. El lote está siendo analizado, por lo que no se descartan nuevas detenciones en las próximas horas.

Estos datos y los requisados en los ocho registros efectuados durante la operación del sábado deberán cruzarse ahora con otros obtenidos en operaciones anteriores y que todavía están pendientes de desvelarse. Por ejemplo, con los que tenía en su poder Jokin Etxeberria, supuesto jefe de la rama internacional etarra, detenido en Tarbes (Francia) en agosto pasado, o con las declaraciones de Mikel Egibar, capturado en marzo.

Este último facilitó algunas de las claves con las que pudo sacarse la información contenida en el ordenador de José María Dorronsoro, arrestado en agosto de 1993, datos que han sido vitales para el posterior golpe a la trama financiera etarra, el cierre del diario Egin y la operación contra Xaki.