El Valencia gana al Alavés en Vitoria y Cúper recompone su figura

Héctor Cúper recompuso ayer su figura en Mendizorroza, muy maltrecha después de unas semanas volcánicas en Mestalla. Su arriesgadísima apuesta de apartar del equipo al Piojo López, surtió un inesperado efecto benéfico. El equipo jugó con cierta armonía en sus líneas, sin la tensión ni la apatía de otras veces, sobre todo en el centro del campo, donde impuso su superioridad técnica sobre un Alavés que no actuó con el arrojo que le caracteriza. El Valencia jugó bastante bien en el primer tiempo y durante un trecho del segundo, hasta que se puso por delante en el marcador. Después se tapó mucho y a punto estuvo de empatar el Alavés, que ya estaba bajo el denominado efecto Salinas. Pero el conjunto vitoriano no estaba ayer para casi nada y sólo al final empujó y sin mucho sentido, por cierto.Cúper halló un equipo más equilibrado de lo habitual, sobre todo en la medular, donde por fin Gerard ocupó la media punta y dejó las labores de distribución a quien mejor las desempeña desde el eje del campo: Milla. El interior derecha lo cubría perfectamente Mendieta (como en la selección) y el izquierdo, el Kily González. La consecuencia de esta armonía de funciones fue un Valencia que estrelló en media hora tres veces el balón en los hierros, dos en el larguero (Mendieta e Ilie) y una en el poste izquierdo (Sánchez).

A las llegadas del Valencia, sin embargo, les faltó siempre una pizca de malicia. Mendieta penetró muy bien por el flanco derecho; Kily se ganó el lado izquierdo; Sánchez e Ilie se movieron con habilidad, mientras Milla y Gerard apuntalaron el dominio valencianista, pero ninguno de ellos sabía qué tecla tocar para batir a Herrera. El conjunto de Mané se limitó a dar pelotazos largos que irritaron a Mendizorroza, que ya no se conforma con cualquier cosa. El segundo tiempo comenzó con las mismas intenciones y Cúper optó por un cambio sorprendente, sustituyó a Mendieta (el más activo de los valencianistas) y entró Farinós. El público vitoriano despidió a Mendieta con una gran ovación. Sin embargo, Farinós acabó por darle la razón a su entrenador, pues fue él quien transformó el penalti que cometió Contra sobre Ilie, tras una magnífica pared entre el delantero rumano y Sánchez. Ausente Mendieta, que es el especialista, Farinós, siempre en busca de responsabilidades, asumió el reto. Y marcó.