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Tribuna:DÍA A DÍA
Tribuna
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Oli en un cresol

Las manos inmóviles, los dedos yertos. El duro frío extremo paralizaba, la tramontana abría surcos en la cara. Entre olivo y olivo, se encendían hogueras de broza para que volviera a circular la sangre; en los bolsillos portaban piedras de río calentadas en la lumbre. Las aceitunas había que recogerlas, una a una, cazarlas, rescatarlas de entre el barro, la nieve, el hielo y los charcos, arrodillados, a trompicones por el suelo, con brevísimos descansos apoyando en tierra uno de los codos, invocando a san Lesmes contra el mal de riñones -on el dol, unta't amb oli de cresol- y lamentando el pecado original. La colecta de olivas siempre recordaba la maldición bíblica a los agricultores. Si el pan se ganaba con sudor, el aceite -pel gener, l'oli és a l'oliver- con el dolor de los días frioleros sin sol y de las labores más incómodas: la fulla de l'olivera és amarga com la fel; l'amor de les donzelles és tan dolç com la mel.Sin embargo, el olivo, se nos decía, era el único árbol que permanecía desde la Creación, no hubo que recrearlo como a los demás, sobrevivió al Diluvio y, en efecto, según el Génesis, "la paloma volvió a Noé con una rama tierna de olivo", es el símbolo universal de la paz -el significado de la expresión com una bassa d'oli-; se creía que eran inmortales, que, de sus raíces, que llegan al centro de la tierra, sacan nuevos brotes, tan antiguas como el mundo. Habrían presidido las edades clave de la Humanidad: su madera fue la del arca de Noé, la cuna del Jesuset y la cruz de la redención.

Si el árbol era tres veces bendito cómo no iba a ser su fruto mágico: Oli d'oliva tot mal esquiva. Mezclado con vino, oli de vi, o con nieve, oli de neu, cura heridas y ahuyenta embrujos: L'oli no és sant, però fa miracles. Dioses griegos con él recuperaban el gozo de vivir, lo cuenta Homero: "Le dio una alcuza de oro con aceite de oliva para fregarse después del baño con sus camareras". La vida espiritual en el mundo cristiano todavía se obtiene e incrementa con aceite -Juan Bosco, el santo de hoy, fue ordenado para dar preventiva luz con sagrado aceite-, santos óleos de enfermos, catecúmenos y crisma.

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