25.000 personas marchan en Pamplona exigiendo el fin de ETA.

Varios miles de personas (25.000, según los organizadores, y entre 30.000 y 35.000, según la Policía Municipal) se manifestaron ayer por el centro de Pamplona secundando la convocatoria contra el terrorismo de ETA y en protesta por el último asesinato de la banda que habían hecho el Gobierno foral y los partidos no nacionalistas. La marcha se desarrolló en silencio y sin incidentes, y a su término, el presidente de Navarra y de UPN, Miguel Sanz, lamentó, como los restantes dirigentes políticos, la ausencia de PNV y Eusko Alkartasuna.

Sanz hizo un llamamiento a ambas fuerzas nacionalistas "para que reflexionen sobre si los argumentos que les han llevado a no estar" en la manifestación "se corresponden con el clamor del pueblo navarro expresado hoy".Encabezaba la marcha una gran pancarta con el lema "Paz y libertad. Bakea eta askatasuna. ETA, no", sostenida, entre otros, además de por Sanz, por el presidente del Parlamento navarro, el socialista José Luis Castejón; la alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, de UPN; Juan José Lizarbe, secretario general del PSN-PSOE; Félix Taberna, coordinador general de IU en Navarra y Juan Cruz Alli, presidente de Convergencia de Demócratas Navarros (CDN). El delegado del Gobierno, Francisco Javier Ansuátegui, controló en todo momento el desarrollo de la marcha con un teléfono móvil, en coordinación con las numerosas dotaciones policiales desplegadas en el recorrido.

Miles de personas mostraron pequeños carteles con el lema "ETA, no", repartidos por la organización. Sólo se produjo un pequeño incidente cuando un grupo de personas intentó desfilar con una ikurriña, lo que otros participantes impidieron.

Manifiesto

Al término del acto, el actor Manolo Monje y la concejal de la localidad de Areso Milagros Oreja, dieron lectura, en castellano y euskera, a un manifiesto en el que se expresó la solidaridad de los concentrados con los familiares, compañeros y mandos militares del teniente coronel Pedro Antonio Blanco García, última víctima mortal de ETA. El texto, consensuado por los cuatro partidos convocantes (UPN, PSN, IU y CDN), exigió a los terroristas que dejen de matar y abandonen definitivamente las armas, aceptando "que es posible convivir y resolver las diferencias mediante el diálogo".

Lizarbe destacó la gran respuesta ciudadana e insistió en que la sociedad demanda mayoritariamente la desaparición de ETA. El dirigente socialista expresó su convencimiento de que muchos nacionalistas vascos apoyaban, a pesar de su ausencia, el mismo objetivo.

Tras acabar el acto, varios cientos de jóvenes permanecieron en las cercanías de la Plaza del Castillo lanzando consignas contra el nacionalismo como "Euskal Herria, una utopía", "Sin Navarra, no sois nada", "No son presos, son asesinos" y "ETA y HB, la misma mierda es".

[Varios miles de personas se manifestaron también en el centro de Bilbao convocados por la coordinadora Gesto por la Paz en el aniversario de la muerte de Gandhi].