Jordan vende su restaurante y su línea de prendas Nike cae un 42%

Michael Jordan tendrá que esforzarse, y mucho, con los Wizards de Washington. El equipo rompió el viernes una racha de nueve derrotas en diez partidos al sorprender en su cancha a los Pacers de Indiana, campeones de grupo, pero al día siguiente, en Atlanta, los Wizards volvieron a hacer de Wizards: perdieron. "Van a ser tiempos duros, creo que Jordan, desde el pasado miércoles copropietario y máximo responsable deportivo de los Wizars, " sabe lo que le espera", dijo uno de los jugadores.En los mentideros baloncestistas no se termina de ver el porqué de la implicación de Jordan en el desastroso equipo de Washington. Todas las manifestaciones públicas de unos y otros hablan del irreprimible carácter ganador del mejor baloncestista de la historia, pero se duda de que sea capaz de traspasar desde la oficina a la pista su legendaria hambre de victoria. De las grandes estrellas de la canasta que han cambiado el pantalón corto por el traje de ejecutivo sólo Jerry West, en los Lakers, ha hecho una transición afortunada. Los más cínicos reconocen a Jordan su valentía, pero aventuran que lo mismo que lo intentó, y fracasó, en el beisbol y en el golf, no podrá imponer a sus jugadores su tensión perfeccionista de ganador nato.

También se ve en el retorno al primer plano de Jordan una operación de márketing personal. La jugada de la NBA está clara: Jordan servirá para vigorizar una liga sin estrellas que esta temporada ha perdido espectadores. En lo personal se hace notar que a Jordan no le van bien los negocios.

Ha vendido su restaurante de Chicago, que ha sido comprado por la segunda figura deportiva de la ciudad, el astro del béisbol Sammy Sosa, y las ventas de su línea de productos deportivos que avala Nike cayeron un 42% en el pasado trimestre. Volver a la liga le supondrá revitalizar esas otras facetas financieras, aunque parezcan el chocolate del loro. Jordan no está corto de dinero: se le atribuye una fortuna personal de 500 millones de dólares (unos 80.000 millones de pesetas) y unas rentas anuales en torno a los 70 millones de dólares (del orden de los 1.000 millones de pesetas).