Santa Pau
En Agost (L'Alacantí) celebran la Marededéu de la Pau -según Llull: En aquell regne ha pau, on amor de príncp e amor de poble són veïnes con pacíficos y no racistas moros y cristianos, que, de alguna forma recuerdan la Conquista, pero, en origen estaban más cerca de simbolizar el combate entre el invierno y la primavera; también en Villar del Arzobispo (los Serranos) se festeja la misma virgen con verbenas y consumo de abundante vino y carnavalescas tortas de tajás: allà o no hi ha pa, no hi ha pau. Ya podrían invocar a la paz -més ha u en pau que dos en guerra los asesinos de la esperanza de paz -la pau Déu la vol- y de vidas, como la del teniente coronel Blanco, segada por etarras, o las de los abogados de Atocha, destruidas por sicarios fascistas- en temps de pau fan armes tal día como hoy de 1976.Y, en el resto del País Valenciano se recordaba una legendaria Santa Pau que pidió a un avaro feudal como limosna la tierra que cubriese su manteo; al acceder, volando, lo extendió y cubrió las posesiones del terrateniente y aun otras vecinas, mientras morían -allà on no ha hi ha pau, Déu no habita- los vegetales y los animales y se secaban las fuentes; convertido el senyoret en generoso, la capa de la sor volvió a su medida y revivió la natura; mientras Perséfone está en el mundo subterráneo con las simientes, la tierra, cubierta por el manto del invierno, aparece sin vida para recuperar el vigor en la primavera. Pero la iglesia hoy desea loar a san Francisco de Sales, el obispo de Ginebra que, empeñado en convertir calvinistas, quiso conseguir, lo que no lograba desde el púlpito, con la publicación de libelos y folletos, con lo que ganó la oposición de patrono de periodistas que difunden la verdad, tu no Bleda, pues el mismo de Sales señala que "hay una diferencia entre tener venenos y estar envenenado".
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