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Lleida pide un cambio de trazado en la futura autovía de Huesca

La Diputación de Lleida, gobernada por Convergència i Unió (CiU), aprobó ayer, con los votos en contra del PSC y del PP, una moción en la que se solicita al Ministerio de Fomento un cambio en el trazado de la autovía que unirá las ciudades de Lleida y Huesca para que se dé prioridad a la opción norte, que discurre junto a la N-230, frente a la alternativa centro, seleccionada por los técnicos de la Dirección General de Carreteras.El proyecto de autovía entre las dos capitales, que se halla en la fase de información pública, ha dividido a las poblaciones e instituciones leridanas afectadas, a pesar de existir una coincidencia total a la hora de considerar la obra de vital importancia. Las discrepancias se centran en la elección del trazado definitivo. De los tres alternativos, los técnicos de Fomento recomendaron en su día, por razones medioambientales, económicas, sociales e industriales, el que discurre por el centro, casi paralelo a la actual carretera N-240. Esta opción acortaría la duración del trayecto en 25 minutos. Se prevé que el presupuesto de la obra ascenderá a 57.200 millones de pesetas.

Autovía junto a la N-230

Sin embargo, la Diputación considera que lo más conveniente sería que los 30 primeros kilómetros de la autovía se construyeran junto a la N-230, la carretera que comunica Lleida con el Val d'Aran, porque de esta forma se descongestionaría esta vía y se evitaría tener que construir las reivindicadas variantes de Alguaire, Almenar y Alfarràs. Según CiU y ERC, esta propuesta mejora las comunicaciones con el norte de la provincia y las condiciones económicas de estos municipios leridanos y de algunos aragoneses, como Castillonroy, Alcampell y San Esteban de Litera.

Durante el debate de la moción, algunos diputados provinciales resucitaron el fantasma de la autovía entre Cervera e Igualada, una vía que estuvo más de cinco años paralizada a causa de las discrepancias políticas y de los recursos presentados por algunos municipios que se opusieron al trazado elegido por el Gobierno socialista. Ninguno de los partidos políticos quiere que se repita la historia en la autovía Lleida-Huesca, pero a juzgar por la controversia suscitada, nadie puede asegurar que este proyecto no se encallará. El PSC y el PP son partidarios del trazado central, siete kilómetros más corto y de menor impacto ambiental.

El presidente de la Diputación, el convergente Josep Pont, manifestó que la propuesta aprobada no debería servir para crear un enfrentamiento entre las poblaciones afectadas por las respectivas opciones, sino para conseguir mejores comunicaciones entre ellas. En este sentido, Pont añadió que la Diputación no pondrá objeciones si Fomento garantiza por escrito que construirá la autovía por la N-240 y al mismo tiempo abordará una mejora integral de la N-230 hasta la comarca de la Val d'Aran.

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