Nieto, un rector a la espera Confusión en la Politécnica por el silencio del rector ante las elecciones
El viejo y abandonado decorado almeriense del oeste americano donde se filmaron las grandes conquistas épicas en los sesenta tiene hoy más vida que el edificio del rectorado de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV). Las puertas cerradas de todos los vicerrectorados, las secretarias rodeadas de cajas amontonadas a punto de ser trasladadas, los teléfonos apenas sin descolgar, y el denso silencio que desprende la puerta del otrora imponente rector Justo Nieto, que ha gobernado durante casi 15 años la universidad que se ha convertido en la tercera politécnica española, provocan una impresión de, cuando menos, desgobierno. El resto es un paisaje invadido de máquinas constructoras y vallas metálicas que tratan de apuntalar, al menos de forma simbólica, la crisis de gobierno abierta el 16 de diciembre cuando Nieto anunció por sopresa su intención de reelegirse por quinta vez. A dos días de que concluya el plazo, los rumores acerca de que Nieto no se presente porque no tiene claro que pueda ganar "crecen por momentos", precisan desde el Consell d"Estudiants. "Esta crisis no se aguanta mucho tiempo", resume Enrique Cabrera, catedrático de Mecánica de Fluidos, uno de los departamentos más potentes, y el segundo aspirante a dirigir la institución, que formalizó el martes de la semana pasada su candidatura, un día después de que lo hicera Pedro Miguel Sosa, ex vicerrector de Economía, que llega avalado por otros cinco vicerrectores destituidos por Nieto de forma fulminante a final de diciembre.
"En hidraúlica, en el análisis de los ríos, la probabilidad se mide por el riesgo". Y esto es, de manera gráfica, lo que al parecer está sucediendo en el campus de una institución con 35.000 estudiantes, 2.000 profesores, más de un millar de personal de administración y un presupuesto de 25.000 millones, cifra que supera en varios miles de millones el de una capital de provincia de 100.000 habitantes. Cabrera se refiere, en concreto, al "riesgo de que se produzca una hecatombre" en caso de que Nieto pierda el apoyo del 50% de un claustro de 701 miembros que hace gala de una inoperancia mal disimulada.
Grupos de poder
Las "presiones de los grupos de poder"de la universidad, son una realidad tangible que ninguno de los tres grupos de opinión más visibles en estos momentos descarta. En términos prácticos, la vieja guardia existe a juicio tanto del equipo de Pedro Miguel Sosa, del de Cabrera, como desde del Consell d"Estudiants, que ha podido calibrar el peso del who is who en la Politécnica en cada claustro. Y en esta ocasión, el análisis interno coincide con la realidad: el origen de una campaña convulsiva que comenzó, fiel a la cronología, con una comida multiduinaria en el restaurante La Marcelina el 2 de diciembre para apuntalar a Nieto. El encuentro para relanzar la candidatura de Nieto, cuando él mismo había convencido a su equipo de vicerrectores, incluido Sosa, de que ya no se volvería a presentar, estuvo organizada por un núcleo de pesos pesados de la Politécnica, que encabezan, según todas las fuentes consultadas y el propio documento distrubuido ese día: Francisco Payri, del Departamento de Motores; Elías de los Reyes, de Telecomunicaciones; y Eliseo Gómez-Senent, de Industriales. Una trilogía en la que, según coinciden todos los grupos consultados, se apuntala la estructura organizativa y económica de la Politécnica. A la comida asistieron 51 jefes de departamento y directores de escuela, con voto en el claustro. Más de la mitad se ha desmarcado de la "encerrona" y acercado a Sosa.
Payri es el hombre, en quien se ha apoyado Nieto para gobernar durante casi 15 años y con quien ha preparado las juntas de gobierno, según ha reconocido el propio recotor ante miembros de la junta. Este vicerrector de los tiempos de gobierno pre-estatutario, de principios de los ochenta, es hoy el director del potente departamento de Motores que gestiona una parte significativa del volumen de contratos-empresa de la Politécnica. Payri, además, es el representate del profesorado en el Consejo Social y cuenta con diez claustrales de su departamento, que representan a los investigadores asociados impugnados por Sosa por incumplir el requisito de estar doctorados. Gómez-Senent es el padre de la polémica creación de la titulación de ADE, que depende, precisamente de Industriales, y que ha servido para ampliar notablemente la plantilla de profesorado. De los Reyes es el responsable de una de las áreas de investigación -microondas- más privilegiada por Nieto en los presupuestos.
La presión de estos tres miembros sobre Nieto forzó el 25 de febrero la primera gran ruptura en el equipo rectoral, cuando Sosa amenazó con presentar su dimisión al rechazar el documento consensuado de propuesta de creación de nuevas cátedras. Payri y Nieto impusieron 46 cátedras nuevas, al margen de los criterios de formación e investigación consensuados por el equipo de vicerrectores. A partir de ese momento, el equilibrio se rompió y precipitó una crisis de dimensiones aún difíciles de calibrar.
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