_
_
_
_
_
TENIS Open de Australia

Derrumbe español en la primera jornada

Arantxa, Montolio y Vicente, únicos supervivientes en un día marcado por las derrotas de otros siete jugadores

Fue una jornada aciaga para el tenis español, que sólo situó en la segunda ronda a tres de los 10 representantes que debutaron. Fue triste ver a Carles Moyà, lesionado, anunciando su retirada. Y más aún ver perder los nervios a Félix Mantilla tras su partido, y machacar contra el suelo la raqueta que no le había podido dar la victoria frente al argentino Mariano Zabaleta. Resultó agobiante que Jacobo Díaz perdiera una ventaja de dos mangas a cero y acabara cediendo el partido al sueco Fredrik Jonsson. Y dejó una gran sensación de impotencia ver salir de la pista con la cabeza baja a tenistas de la calidad de Galo Blanco, Alberto Berasategui, a quien atenaza básicamente la falta de espíritu; Julián Alonso, que no acaba de sentar la cabeza; Virginia Ruano y Cristina Torrens, sin opciones frente a Amelie Mauresmo.Hubo aspectos positivos. Llegaron de la mano de Fernando Vicente, el hombre que ayer cerró el camino de Berasategui de forma contundente (6-0, 6-2, 6-2), y de Àngeles Montolio, que a sus 24 años y tras una operación en el hombro derecho en 1998 está remontando de nuevo el vuelo. Arantxa ganó a la alemana Abe, 113ª del mundo, 6-2, 6-2. Sólo tres cabezas de serie fueron eliminados: Enqvist (6º), Kucera (14º) y Anke Huber (15ª). Sin grandes problemas pasaron Agassi, Krajicek, Henman, Sampras, Lindsay Davenport y Mary Pierce. Y en cinco mangas Todd Martin y Mark Philipusis.

Dos circunstancias supuestamente banales para los organizadores pero decisivas para los jugadores marcaron el inicio del Abierto de Australia de tenis, primera prueba del año del Grand Slam. Sin previo anuncio, Paul McNamee, máximo responsable de este torneo, sobrepintó las pistas con una sustancia sintética (top coat 2000) que modificaba sus prestaciones, y además acordó con la marca Slazenger la reducción del tamaño de las pelotas en algunos milímetros. La conclusión es que el juego ha cambiado sustancialmente en relación con el torneo del año pasado: es bastante más rápido.

Los responsables del ATP Tour pretenden potenciar a los mejores jugadores para que las competiciones mantengan el interés hasta el último momento y olvidan los intereses de una mayoría pasiva de tenistas que mantiene vivo el circo. La velocidad le va de maravilla a los grandes sacadores y a los pegadores, la mayoría anglosajones. Los más perjudicados son los latinos y los latinoamericanos, más acostumbrados por su clima a jugar en superficies lentas. Todas estas circunstancias se dejaron sentir ayer en las calurosas pistas de Flinders Park. En la pasada madrugada, otros 11 españoles debían entrar en juego. Entre ellos, Àlex Corretja, Conchita Martínez, Albert Costa, Pato Clavet y María Antonia Sánchez.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_