Unos desconocidos matan a Arkan en Belgrado de un disparo en la cabeza
La víctima estaba considerada responsable de numerosas matanzas en Bosnia y Kosovo
Zeljko Raznatovic, de 47 años, conocido como Arkan, antiguo jefe de los paramilitares serbios que asolaron Croacia, Bosnia-Herzegovina y Kosovo, murió ayer en Belgrado de un tiro en el ojo izquierdo. Todo sucedió con gran rapidez: a primera hora de la tarde, unos desconocidos entraron en el vestíbulo del hotel Intercontinental, donde Arkan poseía varias tiendas, y le descerrajaron varios disparos. Trasladado con vida a un centro hospitalario de la capital serbia, los médicos no pudieron hacer otra cosa que certificar su muerte. Eran las 18.50, hora peninsular española.
La violenta desaparición de Arkan es la consecuencia de una vida marcada por la delincuencia, la muerte y los negocios mafiosos. En el tiroteo de ayer (que tiene lugar un mes después del asesinato en Belgrado de Goran Sijan, uno de los amos del crimen organizado) también perdió la vida Manda, el guardaespaldas de confianza de Raznatovic. Otras dos personas -un hombre y una mujer-, al parecer clientes del hotel, resultaron heridas. Nada se sabe de las circunstancias que rodearon este asesinato ni del número de personas implicadas, ni por qué no se encontraban con él más hombres de su guardia pretoriana.La policía acordonó el lugar del crimen e impidió el paso a los periodistas. La azarosa vida de Arkan deja abiertas todas las posibilidades, desde la eliminación por motivos políticos hasta la simple vendetta económica.
Buscado por la Interpol desde hace 20 años, por su pasado delictivo al frente de una banda que robaba establecimientos en siete países de Europa occidental, Arkan se convirtió en 1997 en uno de los principales inculpados del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPI), con sede en La Haya. Ahora se le acusaba de crímenes contra la humanidad.
Jefe de un temible grupo paramilitar, Los Tigres, formado por unas 200 personas, actuó en tres de las últimas guerras balcánicas: Croacia (1991), Bosnia-Herzegovina (1992-1995) y Kosovo (1999). Los Tigres de Arkan practicaron la limpieza étnica y el asesinato de miles de ciudadanos. Las localidades de Osjiek y Vukovar, en el este de Croacia, o Bijelbina o Prijedor, entre otras, en el norte de Bosnia-Herzegovina, sufrieron la depredación de sus tigres.
También en Kosovo
En la reciente guerra de Kosovo, Los Tigres reaparecieron en la primera línea de la represión de los albanokosovares y su expulsión a los campamentos de refugiados en Albania y Macedonia. Su técnica resultaba simple: llegaban a una localidad por la que ya había pasado el Ejército, reunían a la población civil, violaban y robaban a las mujeres jóvenes y ejecutaban a los hombres en edad militar.
A pesar de sus brutales campañas, Arkan no fue incluido en la primera lista pública del TPI. En 1997 entró en la llamada lista secreta, y dos años después, tras descubrir su presencia en Kosovo, se hizo público su nombre y se ordenó su captura internacional.
La campaña de Croacia en 1991 amplió los horizontes de Arkan. De pequeño delincuente, especializado en robos, pasó a encarnar la figura del patriota serbio. Actuó al lado del presidente Slobodan Milosevic y del líder de los serbobosnios, Radovan Karadzic, en la construcción del sueño de una Gran Serbia. El catastrófico final de esa aventura nacionalista, con la pérdida de la Krajina croata, los bombardeos de la OTAN en Bosnia y los posteriores acuerdos de paz en Dayton, no pareció afectar a su buena estrella.
Arkan se convirtió en parlamentario por el partido ultranacionalista Unidad Serbia en 1992 y apoyó al matrimonio gobernante -Slobodan Milosevic (Partido Socialista Serbio) y Mirjana Markovic (Izquierda Unida)-. Duró en el escaño hasta 1993. No era la política lo que más le motivaba. El embargo internacional decretado por la ONU le permitió, a partir de 1992 y, sobre todo después de 1995, lograr pingües beneficios en el contrabando de gasolina y tabaco, los bienes con mayor demanda en el mercado negro.
A Zeljko Raznatovic se le consideraba como uno de los hombres más ricos de Serbia. Poseía numerosos comercios, restaurantes y casinos repartidos por el país, además de un club de fútbol, el Obilic, que se enfrentó en 1998 al Atlético de Madrid en la Copa de la UEFA.
En febrero de 1995 se casó en terceras nupcias con Svetlana Ceca, una explosiva cantante pop muy popular en Serbia, que se transformó en la presidenta del Obilic, ante la imposibilidad de que Arkan viajara al extranjero con el equipo. Su matrimonio resultó una puesta en escena, muy teatral, de la ideología del líder paramiliar: uniforme serbio de la I Guerra Mundial, una descomunal cruz ortodoxa y una ruidosa celebración nupcial en la que se gastó los millones a espuertas.
Su muerte ahora no tiene significación política alguna. Tras su paso por el Parlamento serbio, Arkan se alejó de esos círculos dedicándose a los negocios (sucios) y al cuidado de sus ocho hijos. La investigación policial en marcha se dirige, más bien, a los ambientes mafiosos, donde podría encontrarse la clave de su asesinato. Arkan, aunque siempre iba armado, no pudo defenderse esta vez: su asesino fue mucho más rápido.
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