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Jordan se asocia con un alto ejecutivo de AOL para comprar un equipo de la NBA

Michael Jordan, la más rutilante estrella que ha conocido el baloncesto norteamericano, sólo ha podido aguantar un año merodeando lejos de las canchas y entreteniéndose con el golf. Al año justo de retirarse, Su Majestad el Aire está a punto de adquirir, junto con un ejecutivo de America OnLine, una participación en los Washington Wizards, un equipo que lleva más de una década con la magia perdida y que se arrastra por el fondo de su grupo, como lo hacen patéticamente esta temporada los Chicago Bulls a los que Jordan dio seis campeonatos en ocho años.

Jordan ultima los términos de su presencia en los Wizards con Ted Leonsis, un ejecutivo de America OnLine, el gigante de Internet que esta semana se fusionó con el grupo Time-Warner con un participación minoritaria en el grupo. Jordan y el propietario de la mayoría del equipo, Abe Pollin, ya han alcanzado un principio de acuerdo, según informaba ayer The Washington Post. Todo dependía de la marcha de las conversaciones con Leonsis, quien el año pasado entró en el grupo de los Wizards y tiene preferencia cuando el septuagenario Pollin decida negociar el resto de la propiedad. Ninguno de los implicados en la operación estaba ayer dispuesto a hacer declaraciones. Un portavoz de Pollin puso cara de póker. "Todo es rumor y especulación", dijo.De lo que ha trascendido se sabe que Jordan pasaría a hacerse cargo de la gestión deportiva del equipo, incluida la contratación de jugadores y otros responsables, pero sin dirigir desde el banquillo. Los Wizards llevan una pésima campaña, en línea con lo que ha sido su historia en los últimos doce años, en los que se han estado siempre fuera de los playoffs: 12 victorias y 24 derrotas esta temporada, en la que no han llenado ni una sola vez el pabellón que inauguraron hace dos años, lo peor que le puede ocurrir a un equipo en EEUU.

Jordan, nacido en Nueva York hace casi 37 años, ya intentó infructuosamente el pasado verano hacerse con una participación en los Charlotte Hornets, en la Carolina del Norte desde cuya universidad pasó a los Bulls en 1984. En Chicago, donde no produjo sino satisfacciones, la noticia de la marcha de su más popular vecino a la capital del país ha sentado como un tiro, aunque se entiende al jugador.

Los intratables Bulls de hace unos años van ahora de humillación en humillación, con 27 derrotas y cinco victorias. Sólo el retorno a la pista del lesionado Toni Kukoc les ha permitido encandenar tres victorias en los cuatro últimos partidos. "El sentido común dice que debería quedarse aquí", escribe un columnista local. "Es ridículo que el principal activo baloncestístico sobre la Tierra se vaya a otra ciudad, especialmente cuando aquí hay un equipo en cámara lenta con un plan de reconstrucción para el año 2005". Los jugadores de los Wizards están encantados. Jordan "es un ganador", dice uno de ellos. "Automáticamente, la gente mirará al equipo de otra manera", dice otro.

Resucitar al equipo no es tarea fácil: está lleno de veteranos con fichas multimillonarias y años de contrato por delante, una estructura muy rígida que augura dificultades para el nuevo director general.

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