Molins denuncia que el plan municipal carezca de plazos y presupuestos
El Plan de Actuación Municipal (PAM) es una mera expresión de deseos sin contenido concreto ni posibilidad de control, afirmó ayer Joaquim Molins, líder de la oposición convergente en el Ayuntamiento de Barcelona. CiU, anunció Molins, impugnará el plan porque "ni siquiera ha cumplido los pasos formales acordados en la Carta Municipal". El PAM, aseguró, no ha sido sometido a la consulta perceptiva de los distritos.
Molins prometió una oposición municipal dura. Ayer mostró que está dispuesto a cumplir su promesa. CiU ha elaborado un documento de 40 páginas en el que se recogen las alegaciones contra el PAM. Hay una de procedimiento: la Carta Municipal establece que la consulta sobre el plan a los distritos es obligada y que no se ha hecho, pero el resto de las objeciones son al contenido del plan, y eso que, según Molins, el PAM es en realidad un conjunto de vaguedades que se las ha hecho pasar muy mal a los distritos al buscar proyectos concretos. "Es una expresión de deseos, no un programa real. No incluye ni plazos ni presupuestos, no hay compromisos ni en tiempo ni en dinero".Joaquim Molins hizo una relación de los problemas que, en su opinión, el equipo de Gobierno omite en el plan y, por consiguiente, no aborda.
Estos problemas son, entre otros, la pérdida de población joven y el envejecimiento del conjunto de Barcelona, consecuencia de la falta de vivienda y ocupación; la pérdida de liderazgo por parte de la ciudad, cuyo crecimiento atribuyó a "factores externos"; los déficits en movilidad, suelo, vivienda, y medio ambiente. En especial, Molins citó la contaminación acústica como uno de los problemas no afrontados en Barcelona. El dirigente de CiU señaló que el PAM ni siquiera recoge el compromiso del alcalde, aprobado en plenario, de acelerar la construcción de depósitos para evitar que se repitan inudaciones como la de la plaza de Cerdà de septiembre.
Molins hizo una exposición de las alegaciones de CiU acompañado del portavoz del grupo, Josep Miró i Ardèvol, y de los concejales Joan Puigdollers y Joanna Ortega. El lugar de reunión fue una habitación de espacio insuficiente porque normas que nadie supo aclarar impiden que la oposición use las mismas salas que el equipo de Gobierno, aunque estén vacías y mejor acondicionadas.
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