BILLY YA NO VE PELÍCULAS

Las sonrisas y las lágrimas de Hollywood se dieron cita en la sede de la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas, en Beverly Hills, para rendir homenaje a Billy Wilder, leyenda viva del séptimo arte. Fue un lleno hasta la bandera, donde los rostros de Jack Lemmon, Tony Curtis o Shirley McLaine fueron sólo algunos de los más destacados de esta reunión cinematográfica celebrada la noche del jueves ante un genio que ha hecho posibles algunos de los mejores sueños de Hollywood y, en muchos casos, los más divertidos. A sus 93 años, Wilder, la mayor leyenda viva de Hollywood, es una mente joven que no puede dejar de pensar en el cine atrapada en un cuerpo que, en medio de múltiples achaques, le castiga con la mayor crueldad: no poder ver cine. Aquejado de cataratas, entre otras dolencias, el escritor y realizador de Sunset Boulevard, Some like it hot o El apartamento hace más de un año que no puede ir al cine, y se niega a ver cintas de vídeo, "porque no guardan el debido respeto a las películas" y, según declaró a la prensa, "sus copias tienen muy mala calidad". Poco amante de estos homenajes, Wilder hizo acto de presencia, pero sólo para "dar las gracias, deciros que Dios os bendiga y hacer mutis por el foro", aseguró. Sin embargo, si su presencia pública es cada vez más escasa, sus películas son el perfecto legado para una carrera premiada con 21 candidaturas al Oscar, de las que materializó seis estatuillas, un premio a toda la vida del Instituto de Cine Estadounidense y el galardón Irving G. Thalberg de la Academia, entre otros.- EFE, Los Ángeles