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ESQUÍ Copa del Mundo de fondo

El nacionalizado Muehlegg logra su segundo gran triunfo

La inversión ya es completamente rentable. Johann Muehlegg, de 27 años, alemán hasta noviembre y español desde entonces, logró ayer en la prueba de 30 kilómetros de Moscú su segunda victoria en la Copa del Mundo de esquí de fondo. Lo que el 10 de diciembre, apenas un mes después de su nacionalización, fue un hito, su triunfo en la prueba de 15 kilómetros de Sappada (Italia), el primero para el esquí nórdico español en su historia, se confirmó ayer con toda lógica.Mientras el éxito de 1999 fue en una distancia corta (abundaron a principio de temporada) y en el estilo clásico (deslizando las tablas en paralelo), ayer ya fue en la intermedia, cercana a la que mejor le va, la máxima de los 50 kilómetros, y con el estilo libre (o de patinador, es decir, deslizando las tablas en oblicuo). Es casi un sueño ver a un español, aunque sea a través de una nacionalización, por delante de los noruegos, actuales dominadores absolutos del esquí de fondo. Pero será una realidad cada vez más. Muehlegg se permitió superar ayer por más de medio minuto (1.18.18 horas frente a 1.18.52) al mejor nórdico ahora en el circuito, Thomas Alsgaard, en ausencia del lesionado este año y plusmarquista absoluto de medallas olímpicas, Bjorn Daehlin. Y para mayor mérito del nuevo español, Alsgaard es ya literalmente el relevo de su excelso compatriota (ocho oros en tres Juegos Olímpicos, nueve títulos mundiales y cinco Copas del Mundo). Manda en la general de la Copa del Mundo con 341 puntos, por 336 de su compatriota Espen Bjervig y 322 de Muehlegg.

Muehlegg se hizo español porque se sentía desaprovechado en Alemania y los hechos están demostrando su acierto. Él mismo se ofreció a la anterior federación presidida por Segismundo Fraile, que largos años no sacó resultados, y entonces no hubo acuerdo. Hace año y medio, nada más llegar el nuevo equipo de Luis Miguel Algar y José Manuel Hurtado, se repitió la oferta a través de su hermano y representante, y los frutos aquí están. Al encontrarse el panorama (tanto alpino como nórdico) como un erial, la federación española apostó por intentar la nacionalización, algo que le costó bastante, pues Muehlegg sólo tenía como credencial un octavo puesto, diploma olímpico, en los 50 kilómetros de los Juegos de Nagano 98. No era un campeón que permitiera mover la burocracia rápidamente. El proceso duró, de todas formas, lo normal por carta de naturaleza, algo más de un año. En ese tiempo, la federación le adelantó el dinero de una beca como si en Nagano hubiera esquiado para España y le garantizó que le trataría como cualquier otro deportista español de élite.

"Estoy en familia"

Un seguimiento biomédico (que sorprendentemente nunca había tenido en Alemania) descubrió su enorme potencial desaprovechado. Muehlegg, "que se siente del sur" y encantado con el ambiente del equipo español (por eso se ofreció), se deshace en agradecimientos para la federación y el trato recibido. Y dedica sus triunfos al rey Juan Carlos. "Estoy en familia, feliz. En un año ha cambiado todo". Sólo se le pedía otro diploma en los JJOO Salt Lake City 2002. Lo consiga o no, ya está devolviendo el 1000 por uno de lo que se le pedía. "Es una máquina", dijo Algar a Efe ayer, admitiendo que no esperaba los éxitos tan pronto.

Muehlegg, así, se ha unido ya por méritos sobrados a los últimos nacionalizados rentables para España: la nadadora ex rusa Nina Zivanevskaia, multilaureada ya en los Europeos al aire libre y en piscina corta, y la atleta cubana (que no pierde la original al ser hispano americana) Niurka Montalvo, campeona mundial de longitud.

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