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Musulmanes indonesios piden que dimita Megawati por la violencia en las islas Molucas

Cientos de musulmanes indonesios se manifestaron ayer para condenar a su Gobierno por no haber sido capaz de hacer frente a la violencia religiosa en las islas Molucas. Los manifestantes pedían la dimisión de la vicepresidenta, Megawati Sukarnoputri. Entretanto, el Ejército solicitó a las partes enfrentadas que pongan fin a un año de violencia. Portavoces militares desmintieron que fueran más de dos mil los musulmanes perecidos en la matanza de Halmahera, la mayor de las islas de ese archipiélago.La protesta se concentró a las puertas del palacio sede de la vicepresidencia, en Yakarta, la capital de Indonesia, ya que la populista Megawati había recibido el encargo del jefe del Estado, Abdurrahman Wahid, para poner fin al encarnizado enfrentamiento entre cristianos y musulmanes en esas islas. Por otra parte, resultaba improbable que la queja de los musulmanes se hubiera dirigido contra un presidente que fue elegido por su militancia islámica.

Poco antes, el almirante Widodo había anunciado que el Ejército estaba intentando acabar con la sangría comunitaria "lo antes posible". Sin embargo, añadió que "depende mucho de la respuesta de la opinión pública para evitar los enfrentamientos". En la actualidad hay 12 batallones en el archipiélago, según Widodo. Cada batallón cuenta con entre 700 y 1.000 hombres. "Si es necesario, enviaremos más tropas", añadió el militar.

Mientras tanto, siguen llegando noticias de las matanzas. En la isla de Seram, al menos 23 personas han sido dadas por muertas desde la última erupción de violencia el pasado viernes. Sin embargo, el portavoz militar de la provincia desmintió la información del diario Republika, que en su edición de ayer aseguraba que los musulmanes víctimas de la matanza de Halmahera superaban los dos mil. El periódico citaba al jefe del subdistrito de Galela, Ichwan Marzuki.

"No ha habido matanza", aseguró el teniente coronel Iwa Budiman. No obstante, los militares investigan las víctimas tras una semana de violencia en Halmahera. "La isla es enorme y su orografía bastante abrupta, pueden haber ocurrido choques en lugares remotos", admitió Budiman.

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