Los accidentes mortales caen un 40%
El año pasado terminó con un dato muy esperanzador para el millón y medio de automovilistas que utilizan las calzadas de la capital de España. Los accidentes mortales en las vías de Madrid cayeron un 40%; fallecieron 68 personas en siniestros de tráfico frente a las 112 de 1998 o las 109 de 1997. La cifra de víctimas es la más baja registrada en la capital en los últimos 10 años y sitúan a Madrid como una de las ciudades europeas más seguras, según la Policía Municipal.Como ya ocurrió otros años, hay un dato especialmente preocupante para las autoridades que aplican políticas de tráfico y seguridad en Madrid. La mayoría de los fallecidos por accidente de tráfico son peatones mayores de 60 años que pierden la vida arrollados por automóviles en las proximidades de sus domicilios. Con todo, el registro de 1999 también fue positivo respecto a otros ejercicios: murieron atropelladas 41 personas, 10 menos que en 1998.
Pedro Ayuso, responsable de la Subinspección de Tráfico de la Policía Municipal, achaca el descenso de los accidentes mortales a la disminución de la velocidad máxima en las calles de Madrid debido a la presencia de más agentes y a la instalación de más radares fijos y móviles. "Hace dos años, la velocidad máxima media estaba por encima de los 90 kilómetros por hora y, según nuestros cálculos, ha bajado ya un 20%", explica Ayuso. Los mandos de la policía establecen una sencilla proporcionalidad: a menor velocidad, menos accidentes, menos heridos y menos muertos. Ayuso añade que los conductores pisan menos el acelerador al saber que hay cuatro radares móviles y dos fijos, tanto en la M-30 como en las calles de Madrid.
El Ayuntamiento duplica el número de multas con radar en el último año
"Ahora, a los automovilistas se les para tras cometer la infracción y se les notifica la multa; en cambio, antes los radares eran fijos y no se les detenía tras la infracción", explica el subinspector de Tráfico Pedro Ayuso.Los conductores madrileños sancionados el año pasado con el radar fueron 23.825, frente a los 11.000 de 1998; eso quiere decir que, cada día, la policía caza a 65 coches por excederse en la velocidad permitida.
Pedro Ayuso recuerda que hace dos años hubo que eliminar los radares fijos que se colocaban a ambos lados de la M-30. "De no tener ninguno, se ha pasado a trabajar con cuatro y, además, anunciamos en las pantallas luminosas de la vía de circunvalación que hay radares móviles circulando, y eso incide en los conductores", señala Ayuso. En un documento interno de la Policía Municipal redactado el año pasado se reconocía que la inexistencia de radares en la M-30 había facilitado el aumento de la velocidad en esa vía y, como consecuencia, el aumento de los accidentes mortales.
El 70% de los accidentes mortales se suceden en Madrid entre las diez de la noche y las siete de la mañana y la mitad de los siniestros con víctimas ocurren en las noches de los jueves, viernes y sábados.
El número de heridos en la capital también bajó. Se ha pasado de los 966 graves de 1998 a los 809 del año pasado. Similar reducción ha habido en los heridos leves, al pasarse de 10.239 en 1998 a los 9.996 de 1999.
En cambio, no se ha reducido el número de accidentes en Madrid, ya que en l998 la policía tomó nota de 17.363 choques, un número parecido al del año pasado, con 17.374.
Las vías más peligrosas de Madrid siguen siendo las calles de mayor longitud y las salidas de las carreteras nacionales de Valencia, A Coruña, Burgos y Extremadura.
La calle con mayor número de víctimas mortales es Alcalá, seguida por el paseo de la Castellana, avenida de los Poblados, la M-30 y Sinesio Delgado.
Choque en la calle de Alcalá
La calle de Alcalá encabeza la cifra de accidentes letales, sobre todo por el trágico suceso de tráfico ocurrido en abril pasado. Cuatro jóvenes, todos ellos vecinos de Canillejas, murieron a las cinco de la mañana, cuando regresaban a su casa tras pasar una noche de fiestas por el barrio. Los distritos con más accidentes fueron Chamartín, Centro, Salamanca, Moncloa, Ciudad Lineal y Vallecas.
No sólo han descendido los accidentes mortales, también se han registrado menos percances en la M-30, una vía que alcanza una intensidad circulatoria diaria de 250.000 coches. De los 15 muertos de 1997 se ha pasado a los cinco de los últimos 12 meses, la cifra más baja de la historia de la ronda de circunvalación. Estos datos de la vía con mayor densidad de coches de Madrid suponen, según un portavoz de la Policía Municipal, un reflejo del mejor comportamiento de los conductores en las vías de la capital.
Uno de los puntos negros de la M-30, según la estadística municipal, sigue siendo la incorporación de la carretera de Burgos a esta vía de circunvalación. En este tramo se produce una media de seis accidentes graves semanales. Según la Policía Municipal, los coches vienen a gran velocidad por la N-I y entran en la M-30 muy rápidos. En esta encrucijada se recogen un 20% de las multas por exceso de velocidad, según las estadísticas de la policía.
La Policía Municipal mantiene que para que continúe el descenso de accidentes mortales hay que mantener las campañas de educación vial y extenderlas a otros lugares, como centros de trabajo, institutos, universidades y residencias de la tercera edad.
El concejal socialista Eugenio Morales considera que es escalofriante el número de atropellos a mayores de 65 años. El edil asegura que en los últimos años los semáforos cada vez dejan más tiempo para que pasen los coches en detrimento de los peatones. "Ahora mismo, yo recuerdo varias calles en las que para cruzar hace falta correr, y esto es muy peligroso", añadió el concejal.
Pruebas de alcoholemia
También la memoria de la Policía Municipal de 1999 recoge que ha crecido el número de pruebas de alcoholemia practicadas respecto a otros años, aunque con mejores resultados. En 1997 se hicieron 32.000; en 1998, 42.000, y el año pasado, 50.000. Como conclusión alentadora, según la policía, figura el que el número de positivos en los controles de alcoholemia no creció pese a que se redujo la tasa al 0,5 (estaba en el 0,8). El año pasado hubo 4.177 conductores que dieron positivo frente a los 4.752 del 98. Este dato refleja que, pese a que el límite para dar positivo en la prueba de alcoholemía se rebajó y, por tanto, era más fácil infringir la norma, los conductores se lo tomaron en serio y aprobaron una de las asignaturas en las que más insisten las distintas instituciones en sus campañas de seguridad vial.
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