De mujeres y hombres
Perdonen que insista sobre el hecho histórico de la aceptación, y aun superación en algún caso, de la cuota del 40% de mujeres en las listas del PSOE. En ese partido, como en todo, como en cualquier grupo, empresa o comunidad, muchos hombres, todavía, sufren cada vez que las mujeres conquistan un pequeño territorio de poder. Sin embargo, reconforta el solo hecho de que sin exhibición de resistencia por parte de ningún hombre, hayan logrado unas listas que, puestas a no conformar, lo han hecho sólo por las lógicas peleas entre sectores dentro del partido y no porque haya habido hombres dispuestos a todo con tal de mantener el privilegio masculino.Que en un partido haya sangre cada vez que se disponen a elaborar listas electorales es algo absolutamente normal, no se conoce ningún grupo humano en el que esté en juego cualquier clase de poder en el que no haya lucha por ese poder. No hay que escandalizarse por esas cosas. Pero sí hubiera sido lamentable que el compromiso de la discriminación positiva que supone la cuota femenina en las listas hubiera provocado reacciones públicas contrarias. Si los hombres del PSOE andaluz andan llorando por los rincones, han sido lo suficientemente delicados como para no llorar en público. Todavía, a estas alturas, hay alguna mujer por ahí dudando o directamente manifestándose contraria a las cuotas, desde luego así lo manifiestan las mujeres del PP, incluida la candidata a la presidencia de la Junta de Andalucía, que confunde su privilegio con la suerte del resto de las mujeres, a juzgar por lo satisfecha que se siente de que en su partido algunas mujeres, como ella, tengan el privilegio de ser destacadas. Las cuotas no son un ideal, incluso son un recurso cuyo destino es su desaparición. Pero sólo dejará de haber cuotas cuando las mujeres, como consecuencia de las cuotas, hayan conquistado el reconocimiento de su derecho a estar.
Es posible que todavía algunos y algunas no se hayan dado cuenta, pero lo que va a ser el Parlamento, al menos en los escaños del PSOE después de estas elecciones, es el principio del futuro perfecto en cuanto al reconocimiento de la lucha de las mujeres por la igualdad. Perdonen la insistencia.
MARÍA ESPERANZA SÁNCHEZ
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