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GUERRA EN EL CÁUCASO

Las tropas rusas perpetraron una matanza de civiles en una aldea chechena, según testigos

Cada día hay más evidencias de que los soldados rusos que entraron en Alján-Yurt a comienzos de mes lo hicieron a sangre y fuego y se dedicaron a saquear y asesinar a todo aquel que trató de imperdirlo (más de 40 civiles, según diferentes testimonios). Las autoridades rusas insisten en que sus soldados no han cometido ninguna matanza en ese pueblo cercano a Grozni. Pero la organización humanitaria Human Rights Watch afirmó ayer que no duda de que estos relatos, como el de la muerte del policía local Jamid Jazúyev, son verídicos, ya que han sido confirmados por los supervivientes.

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Jazúyev, a quien muchos habitantes del pueblo le dieron sus bienes para que se los cuidara, fue asesinado por los soldados rusos, que saquearon y quemaron su casa, según denunció la esposa del policía.El cuadro que resulta de esos testimonios es aterrador: la orgía de saqueos y asesinatos duró dos semanas, pero los peores fueron los cinco primeros días. "Los testigos dicen que los soldados lo destrozaban todo, robaban y mataban a la gente porque les salía al paso o simplemente porque tenían ganas", relata Paul Wood, corresponsal de la BBC. Al interrogar a varios sobrevivientes, éstos relataron casos de cuerpos decapitados que después fueron quemados.

A favor de que la matanza se produjo habla el hecho de que incluso uno de los dirigentes chechenos prorrusos que han apoyado las acciones de las fuerzas federales en la república rebelde la ha denunciado. Se trata de Malik Saiduláyev, empresario y presidente del Consejo de Estado de Chechenia, creado con el apoyo del Gobierno ruso. Saiduláyev llevó a un grupo de periodistas occidentales a Alján-Yurt para que pudieran ver con sus propios ojos cómo los soldados habían destruido su pueblo natal. Saiduláyev asegura que perecieron 41 civiles.

Peter Bocukaert, de Human Rigths Watch, interrogó a más de veinte personas de Alján-Yurt, y llegó a la conclusión de que, "sin duda alguna, se cometieron graves abusos" en el pueblo. Los cadáveres fueron enterrados, en su mayoría, en los mismos patios de las casas que los soldados saqueaban. Los militares, además, lanzaban granadas de mano a los sótanos donde sabían que se ocultaban grupos de civiles.

Todo esto lo niegan tanto los militares como las autoridades rusas. Pero es verdad que en los últimos días hay un cambio de actitud que demuestra que los soldados sí mataron a muchos civiles, pero no lo habrían hecho a sangre fría, sino sin querer, como daño colateral. "No se puede hablar de fusilamientos o ejecuciones de habitantes de Alján-Yurt. Eso es una deliberada tergiversación de los hechos", declaró ayer un portavoz del Gobierno ruso.

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