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BALONMANO Supercopa europea

El Barcelona reina tras una lucha épica

El equipo de Valero Rivera vence al Magdeburgo y consigue su cuarto título consecutivo

Leontxo García

Pocas veces ha sufrido tanto el todopoderoso Barcelona: bajas importantes, un rival durísimo en todos los sentidos, público adverso, árbitros pusilánimes, desventaja de un gol a falta de ocho minutos y un penalti en contra a dos segundos del final, cuando ganaba por uno. Los azulgrana lograron su cuarta Supercopa de Europa tras vencer al Magdeburgo alemán en su cancha, tras un duelo épico.La pugna empezó con mal cariz: Masip, el héroe de la víspera en la semifinal ante el Flensburg, falló sus cuatro primeros lanzamientos contra el francés Gaudin, uno de los mejores porteros del mundo. El Barcelona perdía 6-3 cuando comenzó a exhibir la abundancia de recursos que le han dado más de 50 títulos durante los 16 años de Valero Rivera como entrenador: Barrufet se puso al nivel de excelencia de Gaudin; los pases al pivote Xepkin hacían estragos en la retaguardia del Magdeburgo; y los certeros disparos de Urdangarín y Lozano enmudecían al público alemán.

MAGDEBURGO 25 - BERCELONA 26

Magdeburgo: Gaudin (portero); Atavin (3), Kretzschmar (7, tres de penalti), Stefansson (4), Lisegan, Kuleschov (3), Stiebler (1) -equipo inicial-; Abati (5), Mauer(1), Jahns, Gufel (1) y Fritz (portero). Excluidos: Stiebler, Atavin y Kretzschmar.Barcelona: Barrufet (portero); Guijosa (2,uno de penalti), Masip (4), O"Callaghan, Urdangarín (5), Ortega (2), Xepkin (2) -equipo inicial-; Lozano (7), Espar, Ortega(2), Bustos (2) y Svensson (portero). Excluidos: Guijosa, Ortega y Bustos. Árbitros: Kluso y Lekrinski (Hungría). Marcador cada cinco minutos: 3-2, 5-3, 8-6, 9-9, 11-11, 13-14 (descanso), 15-17, 17-20, 20-22, 22-23, 24-25 y 25-26.

El multicampeón tomó la delantera en el minuto 23, pero lo peor aún no había llegado, porque el rival, invicto esta temporada en su cancha hasta ayer, era de mucho cuidado. El Magdeburgo es un conjunto férreo con una gran estrella, el extremo Kretzschmar, que reúne todos los ingredientes de los ídolos de masas: estilo muy espectacular, pelo de colores, 9 tatuajes, siete incrustaciones (piercings) en el cuerpo y presentador de un programa musical de televisión. Sus virguerías, la eficacia maquinal de los rusos Atavin y Kuleschov, la maestría del islandés Stefansson y los adornos del francés Abati mantuvieron el marcador equilibrado. Entre otras cosas, porque Masip seguía estrellándose contra el formidable Gaudin. Pero encontró por fin el agujero en la segunda parte, y sus dos goles consecutivos dieron una ventaja de cuatro (17-21) al Barcelona. Sin embargo, la tranquilidad nunca llegó porque los alemanes no cejaban y los árbitros mostraban un criterio harto discutible. El partido entró en una fase de guirigay, que el Magdeburgo aprovechó para remontar y colocarse por delante a falta de esos ocho épicos minutos.

Fue entonces cuando los azulgrana recurrieron a la clase y la experiencia para mantener su reinado. Masip, prototipo del jugador que rara vez falla en los momentos clave, firmó un gol magistral en inferioridad numérica (por exclusión de Guijosa) para lograr ventaja (24-25) a falta de cinco minutos. Siguieron un paradón de Barrufet y diversas incidencias con la tensión a tope; entre ellas, la exclusión del ídolo Kretzschmar a menos de dos minutos para el final. Con ventaja de un gol, Guijosa robó el balón en defensa y tiró a puerta desde allí, porque Gaudin se había adelantado. Pero falló, y el Magdeburgo atacó otra vez, forzando un penalti con dos segundos en el reloj. Como Kretzschmar no estaba, la patata caliente le tocó a un nervioso Abati frente a Barrufet, conocido como "el parapenaltis". El portero español acertó, y el Barça, sin Cavar ni Schwartzer, mantuvo su corona tras 27 partidos invicto esta temporada. Demostró que no es invencible, pero también que ganarle es una proeza.

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Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).

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