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Tribuna:GENERACIÓN SIN NOMBRE
Tribuna
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Inventario

"Coincidiendo con esa tremenda discusión sobre el referéndum vasco, con el anuncio de posible ampliación de la Unión Europea a 500 millones de hipotéticos consumidores, con el horrible trago del juicio a la basura y las cloacas del Estado, y, sobre todo, coincidiendo con la preparación frenética de las elecciones generales y con que Gorka se ha ido a Suramérica, Madrid se me ha vuelto imposible: vuelvo a Barcelona. Toma nota: ya no soy Inma, vuelvo a ser Conxa. Mi empresa me reclama ¡para hacer inventario! (¿qué será eso?), mi buzón está lleno de facturas que vacían mi cuenta, me encuentro con el disco duro del ordenador atascado, con la casa helada y sucia, y, para colmo, mi madre, que tiene la mala costumbre de andar por el carril-bici, ha sido atropellada por un ciclista, así que no para de llamarme al móvil para explicarme lo contenta que está con que al fin hayan descubierto que el asesinato de un tal Luther King, un negro creo, era una conspiración... Un panorama milenarista que completa la Navidad inmediata: para variar tengo que ir de tiendas sin un duro, con lo que me veo en un todo a cien y haciendo paquetes con papeles espectaculares para disimular lo indisimulable: soy pobre. Honrada, también; aunque no sé si sirve de mucho. Pero, qué gozada, todo lo llevo con la sonrisa en los labios: Gorka me llama cuatro veces al día desde Brasil y yo me arropo con la pashmina lila que me regaló (lila por lo feminista que soy, me dijo). Soy una chica privilegiada y me da miedo pensarlo. Mañana sigo, ahora me llaman por el otro móvil".El diario de Conxa ha sufrido, a lo largo de estas semanas, variadas incidencias técnicas: hace tres días me dejó esta parrafada en mi contestador automático y luego se hizo el silencio. Hasta ayer mismo que mi mail recibió este mensaje (dirigido también al omnipresente Gorka): "Hacer inventario es apasionante, descubres cosas que te habían pasado desapercibidas, como estas cifras (de la ONU) sobre nuestro mundo: gastos militares, 780.000 millones de dólares/año; gastos en drogas, 400.000 millones de dólares/año; en alcohol y cigarrillos, 115.000 millones de dólares/año; gastos en helados en Europa, 11.000 millones de de dólares/año. Como es obvio, el informe estaba en la carpeta de la campaña de helados que hicimos en primavera con una anotación de alguien que ponía: "¿Por qué no buscamos clientes entre los fabricantes de armas?". La idea era mala: ésos no necesitan publicidad. Cuidadosamente archivados, en el apartado ricos, descubrí 225 nombres de supermillonarios mundiales, 84 de los cuales tienen conjuntamente más riqueza que los 1.300 millones de chinos todos juntos, ¿no es admirable? Más descubrimientos del inventario: el gasto en publicidad en el mundo se ha incrementado desde 1950 en un 700%, o sea que, según la ONU y su magnífica central de estadísticas, "supera el ritmo de la economía mundial en un tercio". Creo que he escogido un buen trabajo: está claro que se publicita mucho más de lo que se produce, cosa fácilmente observable en Navidad. ¿La última? ¿Sabes lo que cuesta un anuncio de 30 segundos en la final de la Super Bowl norteamericana el 30 de enero del 2000? ¡Tres millones de dólares! ¡Bingo! Algo así como 15 millones de pesetas por segundo".

Acabado este mail conjunto, había uno nuevo sólo para mí: "Me chifla hablar de esas cifras astronómicas: me gustaría un día abrir el bolso y encontrarme allí 1.000 millones de pesetas en vez de las 4.453 pesetas que tengo hoy y el billete de lotería que regala mi banco a los más necesitados de sus clientes, entre los que me cuento. Con 1.000 millones compraría unos regalos esplendorosos y solucionaría el porvenir de 20 ONG. No desespero. ¡Ah!, ya tengo la casa limpia, todo ordenado. Y hago régimen porque el amor es lo único que me engorda". Claro, deduje, el amor/amor siempre es gratis y no cabe en las estadísticas. (Continuará).

Resumen de lo publicado: Conxa/Inma es una treintañera barcelonesa que trabaja como creativa ejecutiva en una compañía de publicidad: aporta su diario a una investigación sobre las chicas españolas de su edad. En contra de lo que ella esperaba, ahora parece haber caído en las redes del amor gracias a un vasco de nombre impronunciable.

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