UGT acorta distancias con Comisiones Obreras en las elecciones sindicales
El proceso de elecciones sindicales que se ha desarrollado en los últimos 18 meses ha servido para consolidar a Comisiones Obreras como primera fuerza, que había logrado en 1995. La UGT, por su parte, ha acortado distancias respecto a hace cuatro años, cuando se quedó a 5.474 delegados de diferencia. Según los datos de CCOO, la diferencia está ahora en 2.201 representantes a su favor. La central ugetista asegura que esas cifras no son ciertas y añade que existe un empate técnico, con una ventaja que puede estar en torno a 700 delegados.
El pacto de silencio alcanzado hace cuatro años por los dos sindicatos mayoritarios impide que haya una proclamación oficial de los resultados de las elecciones sindicales. Ese acuerdo fue suscrito para evitar una guerra de cifras, y ha sido asumido por los responsables del Ministerio de Trabajo. Ahora, cuando está a punto de concluir el proceso abierto de designación de delegados, los datos difundidos ayer por CCOO entre los 150 miembros de su consejo confederal permiten una aproximación de los resultados.En ellos, CCOO reconoce que se han acortado sensiblemente las diferencias que le separaron de UGT en 1995, y que le permitieron arrebatar a la central ugetista el lugar de primer sindicato. Cuando se celebraba ese proceso electoral, la UGT se encontraba en plena crisis tras el fiasco de su cooperativa de viviendas PSV, y después de producirse la sucesión de Nicolás Redondo como secretario general, que dejó al sindicato dividido en dos grupos enfrentados.
En el proceso actual abierto en las empresas para designar a los representantes de los trabajadores, CCOO ha obtenido, según sus datos, 90.498 delegados, lo que supone el 37,6% del total de 240.151 elegidos. A UGT le reconoce 88.297 representantes, un 36,7% del total. La diferencia que se situaba en 2,5 puntos se ha reducido a 0,9 puntos, lo que supone un práctico empate.
La UGT asegura que la distancia es todavía menor, y su portavoz Antonio Ordóñez afirmaba ayer que los datos distribuidos por CCOO "no son ciertos", aunque se negó a "entrar en una guerra de cifras porque tenemos un pacto con CCOO que nosotros no vamos a incumplir". La central ugestista, en aras de ese pacto, no va a facilitar datos concretos, más allá de confirmar que se ha producido un práctico empate técnico.
En la documentación de Comisiones se refleja también que es el primer sindicato en seis comunidades autónomas: Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cataluña, Canarias, Madrid y la ciudad de Ceuta. En Andalucía ha perdido la cabeza por primera vez, mientras que en la Comunidad Valenciana no descarta que pueda situarse en cabeza.
Entre los dos sindicatos han logrado 15.550 delegados más que en 1995, lo que supone que en conjunto reúnen un 74,45% del total de representantes elegidos, con 1,45 puntos de subida.
El proceso de designación ha extendido la elección de delegados a 4.000 empresas más que hace cuatro años, bien sean de nueva creación o que no tenían representación sindical. El consejo de CCOO, además de conocer esos datos, debatió también ayer los borradores de ponencias que centrarán los trabajos de su congreso de abril, en el que se producirá el relevo de Antonio Gutiérrez en la secretaría general por haber agotado el tope de tres mandatos estatutarios.
Límite de mandatos
Los estatutos mantienen el límite de tres mandatos de cuatro años para su sucesor, que previsiblemente será el candidato único del sector oficial, José María Fidalgo, tras la renuncia de Ignacio Fernández Toxo.
La reforma de los estatutos recoge nuevos órganos de dirección, que se añaden a la ejecutiva y el consejo confederal. El cambio supone el reconocimiento formal del secretariado (miembros de la ejecutiva con cartera y competencias, y del que están excluidos los representantes del sector crítico), y la creación del comité confederal (el secretariado más los secretarios generales de las federaciones de rama y las uniones territoriales). Esta figura funciona en los últimos meses (los 40 notables), aunque con la exclusión del sector crítico, que en los estatutos nuevos no se da.
