Acampada en Trabajo en protesta por las colas que soportan los inmigrantes

Los inmigrantes que cada noche aguardan ante la Dirección Provincial de Trabajo para pedir o renovar un permiso de residencia tuvieron ayer compañía. Desde las 22.00, 30 personas acampan junto a esta sede de Bretón de los Herreros, 41 (Chamberí) para denunciar las vigilias y esperas que soportan estos ciudadanos. La protesta la convocaron la asociación Pro Derechos Humanos, CGT y cinco entidades de apoyo a los extranjeros no comunitarios.

Como cada noche, desde hace semanas, los inmigrantes hacían ayer cola para entrar a la Dirección Provincial de Trabajo, que abre a las 9.00. Con esta vigilia se aseguran que serán atendidos los primeros. Llegar a las 3.00 implica aguantar en la cola hasta el mediodía, y acercarse a las 8.00 puede suponer quedarse fuera del turno y tener que regresar al día siguiente, ya que cada día los funcionarios atienden a un número limitado de usuarios.Esta situación es la que llevó ayer a movilizarse a miembros de CGT, Derechos Humanos, las asociaciones de inmigrantes senegaleses (AISE) y marroquíes (AEME) y las entidades de apoyo social a los trabajadores extranjeros Comrade y Xenofilia. A medianoche había instaladas cuatro tiendas de campaña en las que un grupo pretendía pernoctar hasta el amanecer.

Riduan Aisouk, secretario de la Asociación de Emigrantes Marroquíes en España (AEME), explicaba que con la acampada simbólica se pretende denunciar "la vulneración de derechos que las instituciones cometen con los inmigrantes". "No se entiende que haya enormes colas en esta dirección provincial y que no se permita realizar los trámites que se gestionan aquí en otras dependencias del Ministerio de Trabajo, como la Dirección General de Migraciones, de Pintor Rosales", reflexionaba. Miguel Ángel Muga, de Comrade, destacaba que "ningún español tiene que esperar más de 12 horas para realizar un trámite administrativo".

Estas asociaciones reclaman que se considere a los inmigrantes ciudadanos de pleno derecho y se cumplan con ellos los plazos de procedimiento administrativo que rigen para los españoles, es decir, tres meses. A lo largo de este año, el plazo medio de espera para renovar un permiso laboral y de residencia ha sido de ocho meses y el Ministerio de Trabajo reconoce que todavía tiene sin resolver 500 expedientes presentados en diciembre de 1998.

Juan Manuel Céspedes, un peruano de 33 años, hacía cola ayer pacientemente escuchando las reivindicaciones de estas entidades. "Hoy al menos estaremos entretenidos", comentaba con sorna este inmigrante que acudió a las 22.45 a guardar cola para un amigo que tiene que modificar la actividad laboral para la que le han concedido el permiso de trabajo. "Hace 10 días, mi amigo vino a las 4.00 y no pudo entrar cuando abrieron; hoy he venido yo antes a cogerle turno porque vivo cerca de aquí", explicaba.

El director provincial de Trabajo, Luis Osorio, reconocía hace días a este periódico que su departamento está desbordado con los trámites de extranjería, porque este año han recibido 50.000 solicitudes de renovaciones y de permisos nuevos, frente a las 34.000 de 1998.

Osorio asegura que lo que más han crecido son las peticiones de nuevos permisos, que él atribuye a las expectativas de futuras regularizaciones creadas en un principio por los primeros proyectos de la futura Ley de Extranjería (ahora mutilada por el PP). El director provincial asegura que la Delegación del Gobierno y el Ministerio de Administraciones Públicas están estudiando abrir más dependencias para efectuar estos trámites.

Desde 1993, los diferentes delegados del Gobierno, tanto del PSOE como del PP, llevan prometiendo la creación de una oficina única de extranjería, como la que hay en Cataluña, que acabe con el actual peregrinar de unas dependencias a otras.