El Ejército ataca una de las últimas ciudades en manos chechenas
Las tropas rusas comenzaron ayer su ataque contra Shalí, una de las últimas ciudades chechenas en manos de los independentistas. Después de la caída de esta localidad, a 36 kilómetros al sureste de Grozni, los separatistas controlarán sólo aldeas montañosas y la capital chechena. La reconquista de la llanura significará que el principal objetivo que se habían impuesto los generales del Kremlin podrá considerarse cumplido. El problema es que entonces comenzará la guerra de guerrillas, que puede desangrar poco a poco al Ejército ruso.Según algunas informaciones, los separatistas han optado por no dar combate a los rusos en Shalí y han abandonado la ciudad con destino a las montañas del sur, donde tienen preparadas bases guerilleras. La principal región de la resistencia chechena aparentemente estará en la montañosa Vedenó, feudo del comandante Shamil Basáyev, famoso por su incursión en la ciudad rusa de Budiónnovsk en 1995 y por haber dirigido las intervenciones armadas de los extremistas islámicos en la vecina república de Daguestán en agosto pasado.
La táctica de los rusos de someter a un intenso bombardeo de la aviación y la artillería a las ciudades ha dado resultado y ha obligado a los guerrilleros a huir de ellas sin oponer una resistencia a muerte. Es verdad que la toma de Argún y Urús Martán no han sido fáciles, pero en ningún caso se puede comparar con los combates librados en la guerra anterior, de fines de 1994 a mediados de 1996.
Asalto final
Valeri Manílov, vicejefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Rusia, reiteró ayer que no habrá un asalto a Grozni en el sentido clásico, y que se utilizará la misma táctica de bombardeos que dio excelentes resultados en las otras ciudades chechenas que han caído en manos de los rusos. Manílov explicó nuevamente que el ultimátum dado por los generales se refiere sólo a los guerrilleros y no a la población civil. Moscú ha dado hasta mañana a los chechenos para deponer las armas y abandonar la capital; los que no cumplan con esta exigencia serán considerados "bandidos y terroristas".
El problema es que difícilmente podrán dejar Grozni para el sábado los cerca de 40.000 civiles que todavía la habitan, y éstos comparten prácticamente los mismos refugios y sótanos que usan los guerrilleros. Cómo las bombas y proyectiles distinguirán entre unos y otros es un misterio para todos, menos para el general Manílov, quien asegura que el blanco de los aviones, helicópteros y artillería rusas se limita a "los bandidos y terroristas".
En el avance hacia Shalí, los rusos se apoderaron ayer del pueblo de Belgatói y de un yacimiento petrolífero.
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