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Ingresa en prisión el taxista que arrolló a un hombre y luego huyó

El juez de guardia ordenó ayer el ingreso en prisión de José Carlos R. V., el taxista de 32 años que el pasado sábado arrolló a un peatón en Madrid y se dio a la fuga sin auxiliarle. El juez decretó su prisión por los presuntos delitos de homicido imprudente, contra la seguridad en el tráfico y omisión del deber de socorro, según fuentes de las partes. En su declaración admitió que esa noche condujo bebido.

En el auto de prisión dictado ayer por el juez se indica que el taxista conducía ebrio cuando atropelló al ingeniero, y como agravante se alude a otra detención anterior del acusado también por conducir bajo los efectos del alcohol, según fuentes de las partes. El juez le ha aplicado, asimismo, la atenuante de arrepentimiento, pues ha confesado los hechos.Para la mujer que le acompañaba en el taxi la noche del atropello, cuyas iniciales son M. M. G. O, de 39 años, el juez decretó ayer libertad. El caso de este taxista será instruido por el Juzgado de Instrucción 16 de Madrid.

La víctima de este atropello, Crisólogo V. R., un ingeniero de 30 años, murió casi en el acto. El cadáver fue hallado el sábado en el distrito de Ciudad Lineal en el asiento trasero de un taxi que acababa de chocar contra un árbol en la confluencia de las calles del Marqués de Corbera y Alcalde Sainz de Baranda. Dentro del coche, la víctima tenía la cabeza bocabajo y las rodillas encima de la bandeja posterior del vehículo. Tras una reconstrucción del siniestro, la policía dedujo que el taxi había sufrido dos siniestros esa misma noche. El primero se había saldado con el mortal atropello; y el segundo, con el cadáver ya dentro del coche, contra el árbol. Los agentes dedujeron también que la víctima había sido atropellada en un primer momento contra el parabrisas y que la fuerza del impacto hizo que ésta subiera por encima del capó del automóvil y rompiera la luna trasera. Y la explicación de que el cadáver se hallase con la cabeza bocabajo y las rodillas en la bandeja se debía al segundo impacto, contra el árbol. Tras este segundo choque, el taxista salió huyendo con la chica, dejando en su interior el cadáver del ingeniero.

Arrepentimiento

Lo primero que hicieron los agentes al ver el coche fue anotar la matrícula y localizar al propietario. Pronto descubrieron que el conductor era José Carlos R. V., de 32 años, asalariado del taxi, y que ese día había viajado acompañado de una chica. Durante horas trataron, sin éxito, de localizarle.

José Carlos, al saber por sus familiares y amigos que la policía le buscaba, se presentó en la mañana del domingo en la comisaría de Tetuán. Afirmó que la víctima le salió "de repente y que no pudo evitar el atropello", y que no se dio cuenta de que el cadáver se hallaba dentro del vehículo cuando chocó contra el árbol. Ayer, en el juzgado, mostró su pesar por el accidente, si bien culpó del mismo al peatón. "Se me echó encima", declaró, según las citadas fuentes.

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José Carlos admitió ante el juez que la noche del sábado conducía bebido. Fue su forma de explicar cómo era posible que abandonase el coche tras el choque contra el árbol sin ver que el atropellado de la colisión anterior yacía en la parte trasera del vehículo. Dijo que no vio a la víctima porque creía que ésta se había quedado tendida en el asfalto, y que no se bajó del coche entonces para auxiliarla porque el atropello se había producido cerca del paseo de la Castellana, donde a esas horas, las cinco de la madrugada, había muchos transeúntes. A preguntas de las partes, negó que tomase drogas con frecuencia, tal como sospecha la policía. No obstante, hace dos semanas, según fuentes jurídicas, este taxista fue sorprendido por la policía justo cuando se pinchaba droga dentro del taxi.

El juez optó por decretar su ingreso en prisión porque no es la primera vez que las fuerzas del orden le sorprenden bebido y al volante del taxi y por la gravedad de los hechos. No obstante, ha apreciado en su conducta la atenuante de arrepentimiento espontáneo.

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