El "Tirant" maltés
La historia de una hermosísima doncella maltesa decapitada por un acorralado capitán turco para evitar que nadie pudiera gozar de su belleza fue uno de los motivos literarios más recurrentes e importantes entre los escritores de la isla de Malta, y en menor medida de Italia, a partir del siglo XVI. Un caballero militar y poeta de Xàtiva, Hipólito Sans, contribuyó de manera decisiva a inmortalizar este episodio del asedio de Malta por las tropas turcas en 1565. El propósito de este noble valenciano era relatar y glorificar en el poema épico La Maltea: En que se trata la famosa defensa de la Religión de Sant Joan en la isla de Malta la heróica resistencia de los caballeros cristianos al ataque de las tropas de Solimán el Magnífico.Y así lo hizo a través de doce cantos de versos endecasílabos siguiendo la tradicional octava real. Pero la fuerza dramática del relato sobre la "perfección" de la belleza de la doncella, "superior a la de Venus y Diana", que provocó el súbito enamoramiento del otomano, quien "cortóle el virginal cuello", al verse rodeado en un acantilado por los cristianos, según cuenta el propio Sans, ocultó de alguna manera la intención del autor. Incluso algún estudioso interpretó este episodio como el verdadero desencadenante y motivo principal del poema épico del que sólo se conservan dos copias conocidas en el British Museum, de Londres, y en la Biblioteca Nacional, de Madrid.
Nada más lejos de la realidad, de acuerdo con la investigación realizada por el historiador maltés Arnold Cassola. El objetivo de Sans fue relatar la resistencia y el combate exitoso de los cristianos, y en particular, de los caballeros de la orden de Malta, nombre que recibieron los caballeros de la orden de San Juan de Jerusalén cuando fueron instalados por Carlos I en 1530 en la isla, donde permanecieron hasta la ocupación inglesa de 1800.
Cassol ha elaborado un exhaustivo análisis de La Maltea, libro caído en el más absoluto olvido por parte de los críticos y estudiosos españoles, en su obra España, Malta e Hipólito Sans, que fue presentada a finales del pasado mes en el Palacio Presidencial de Malta, con el auspicio del gobierno maltés y el respaldo de la embajada española en Roma. Uno de los libros más importantes sobre la historia del cerco de la pequeña, estratégica y muy conflictiva isla del Mediterráneo fue escrita en castellano por un caballero valenciano.
Hipólito Sans fue testigo privilegiado de los hechos porque él mismo combatió al imperio otomano -"heroicamente", según alguna de las breves biografías existentes sobre el autor- en el sitio de Malta. Como lo había hecho anteriormente, si bien en otras tierras, otro caballero valenciano, éste imaginario, Tirant Lo Blanch.
La obra de Joanot Martorell supuso un hito literario reconocido invariablemente en la novela europea del siglo XV. La de Hipólito Sans es prácticamente desconocida. Arnold Cassola reclama en su obra una mayor atención de los especialistas a La Maltea. El estudioso centra su análisis erudito en las aportaciones históricas sobre el cerco de Malta incluidas en la crónica del caballero setabense. Aunque es consciente de la voluntad literaria, y por tanto, de ficción, que también anida en el autor, Cassola realiza un estudio comparado con otras fuentes sobre el suceso histórico que contribuyó al establecimeinto de "la identidad y autonomía" de Malta en el Mediterráneo y en el escena europea del momento. Hasta pocos años antes, la isla era considerada una "prolongación marginal" de Sicilia, isla que perteneció a la Corona de Aragón -Malta también estuvo bajo la influencia política de ésta- y que fue escenario de algunas de las andanzas de Tirant lo Blanch.
Hipólito Sans procedía de un noble linaje setabense y formó parte del grupo de escritores y soldados del siglo XVI, como Garcilaso de la Vega, Ignacio de Loyola o Miguel de Cervantes. La Maltea estuvo influida fuertemente por La Araucana, de Alonso de Ercilla, y Orlando furioso, de Ariosto, en la que, a su vez, se deja notar la sombra alargada de la obra de Joanot Martorell.
El poema épico de Sans fue escrito en castellano porque era la lengua de prestigio que empezaban a utilizar los nobles valencianos, señala Cassola. Pero a lo largo del texto queda patente la interferencia del catalán en "un reflejo sociolingüístico de la situación de Xàtiva durante el último tercio del siglo XVI". El estudioso resalta el uso de nombres propios en catalán como Joan en lugar de Juan y de fonemas propios de la lengua autóctona. Cassola constata sobre todo la gran cantidad de información "de primera mano" del texto de Hipólito Sans.
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