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50.000 soldados en tres años

La intervención del ministro francés de Defensa, Alain Richard, sirvió para precisar mejor los perfiles de la futura Europa de la Defensa, que, "como la de la moneda única, acabará naciendo después de varias citas seguidas".Richard puso de relieve los avances de los últimos años -"un general alemán comandando las fuerzas multinacionales en Kosovo; el Gobierno británico admitiendo el interés de una política de defensa europea propia; un Gobierno francés que no intenta debilitar a la OTAN con maquiavelismos, sino que colabora lealmente con ella: cinco años atrás, todo eso era impensable"- y explicó que Bruselas acogerá en breve un "comité político y de seguridad de alto nivel, permanente, con poder de decisión y con capacidad para actuar en casos de crisis". Y de ahí nacerá también un Estado Mayor europeo.

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Subrayó que, de la misma manera que "no se puede hablar de Ejército de la OTAN, tampoco se podrá hablar de Ejército de la Unión Europea. Se tratará de fuerzas aliadas sobre las que cada país ejercerá el control sin que eso les impida tener una acción coordinada ante un objetivo común". En el plazo de dos o tres años, Europa debería ser capaz de "proyectar 50.000 o 60.000 hombres en un teatro de operaciones y hacerlo con medios propios, garantizando el apoyo aéreo y naval adecuado".

Richard puso de relieve la "contradicción existente entre aceptar este objetivo y no asumir el esfuerzo presupuestario subsiguiente". La referencia a la decisión alemana de recortar el presupuesto de defensa en 17.000 millones de marcos resultó transparente.

El ministro francés insistió en que "la UE es un actor nuevo en el universo de la defensa", y anunció que los estados mayores integrados de los ejércitos francés y británico se abrirán próximamente a oficiales de países aliados que lo soliciten.

Como ejemplo de integración, Alain Richard subrayó la importancia del satélite de observación Hélios-1B, desarrollado conjuntamente por Francia, España e Italia, y dijo que su lanzamiento ha sido un éxito completo. Este satélite, que, a juicio del titular de Defensa francés, simboliza el reforzamiento de "la excelente tecnología europea", permitirá duplicar la capacidad de observación ya asegurada por el Hélios 1ª, que durante la guerra de Kosovo suministró a Francia las tres cuartas partes de la información necesaria para sus operaciones militares.

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