Anelka deja el entrenamiento más duro del año a la mitad
El caso Anelka sigue, aunque el Real Madrid diga que "no existe". Ayer abandonó la Ciudad Deportiva una hora antes de que acabara el entrenamiento más duro del año, e incluso dejó en las gradas a su padre y su hermano, que no sabían de sus intenciones. Detrás de todo siguen rondando sus molestias en la rodilla, de las que él, la directiva y sus compañeros dicen estar seguros, a pesar de que los médicos no detectan nada.El entrenador del equipo, Vicente del Bosque, aprovechó los cuatro días que quedan hasta el partido con el Zaragoza para someter a sus jugadores al entrenamiento más duro y físico desde que llegó al primer equipo y, probablemente, de todo el año: 45 minutos de gimnasio, dos partidillos entre titulares y suplentes e intensas carrera aeróbicas. En uno de estos ejercicios, y al pasar junto a la puerta que lleva a los vestuarios, Anelka se fue. No esperó a sus compañeros: pocos minutos después ya se había montado en su coche y abandonado la Ciudad Deportiva.
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