Un joven muere de un navajazo en una reyerta en Irún
Un navajazo a la altura del corazón puso fin a la reyerta entre dos familias de etnia gitana. José Ramón Hernández, de 23 años, intentó defender a su sobrino Aarón en la pelea que en la noche del miércoles le enfrentó con los hermanos D.P.H. y J.P.H, de 23 y 24 años, antes de que el filo de una navaja le cruzase el pecho. Su cuerpo se tambaleó segundos antes de quedar tendido en la calle Serapio Múgica, de Irún."Sólo quiero que hagan justicia a mi hijo" era la frase que una y otra vez repetía ayer entre sollozos y lamentos la madre de José Hernández, rodeada de sus familiares en torno a una pequeña fogata, desde que supo que su hijo se encontraba muerto en un hospital.
Aarón Hernández, 18 años, cuenta que todo fue muy rápido, que los autores de la muerte de su tío le siguieron hasta su casa, que se lo contó a José y que salió a buscarles. "Venían persiguiéndome en un coche y yo logré llegar hasta el portal de mi casa. Golpearon con una porra el auto y cuando se lo conté a mi tío salió para evitar mayores. Fue a donde ellos y volvió con la mano en el pecho y cayó a mis pies", relata Aarón. Su rostro serio y sereno a la puerta del lugar en el que se produjo el incidente ocultaba el dolor de la muerte. "Él sólo quería impedir que las familias se enfrentasen y nos lo han matado", añade el sobrino. José Hernández, cuenta su familia, tenía inquietudes por aprender cosas nuevas. Había seguido un curso de albañilería y ahora estaba asistiendo a clases de un curso de mecánica.
Los autores del navajazo que costó la vida al joven irunés fueron detenidos horas después del suceso por agentes de la Ertzaintza. Los dos hermanos se encontraban en el domicilio familiar, una villa con videovigilancia en el barrio Anaka de Irún, cuando la policía fue en su busca. Ambos, según la policía autónoma, tienen antecedentes. El padre de los detenidos es propietario de varios clubes de alterne en Guipúzcoa, negocios de hostelería y de alimentación.
La casa de la familia de los presuntos autores de la muerte de José Hernández está vigilada por varias patrullas de la Ertzaintza. Horas después de la reyerta entre distintos miembros de las dos familias gitanas nadie quería explicar el orígen de la discusión. Los detenidos se encuentran en la comisaría de Irún y durante la jornada de hoy serán puestos a disposición judicial.
Las hogueras que a los pocos minutos de conocerse la muerte de Hernández prendió en la calle su familia continúan encendidas, y lo harán hasta que hoy a las once sea enterrado en el cementerio de esa localidad.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.