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Malas bestias

ROSA SOLBES

Ayer, jornada contra la violencia hacia las mujeres, supimos de las atrocidades sufridas en Bilbao por Virginia y de la "sensación de odio" confesada por el acusado de cinco crímenes en Castellón. En el diario Levante se nos mostraba un último modelo de "toro de feria" que podría hacer pronto las delicias de nenes y mayores: una figura de mujer muy poco vestida, a la moda sado-maso, que a cuatro patas invita a montarla. Felicidades al inventor, al fabricante, al distribuidor, al exhibidor, al presidente de Induferias y a los responsables de la Feria Muestrario Internacional de Valencia. Pero hoy quería escribir de otra cosa: Mujeres de Negro.

Hay ocasiones en que puede ser subversivo cantar en la calle o pasear por la ciudad, dos de las muchas formas de protesta pacífica que proponen en Belgrado, contra Milosevic, unas Mujeres de Negro, que sin embargo enarbolan el arco iris como única bandera. No están sólo en los Balcanes, donde nacieron hace siete años. Visten su luto y tejen sus redes de desobediencia antimilitarista en Roma y Madrid, Vila-real y Venecia, Chiapas, Sevilla y Zaire. En la plaza de la Virgen, de Valencia, han desplegado pancartas y encendido velas como nuevas Casandras más acá del mito, porque son mujeres reales que viven en todos los tiempos, en todos los espacios.

En Serbia, claro, las han insultado, amenazado y vejado; y los padres de las naciones, los guardianes de las etnias, los estados y las fronteras, no han visto valor alguno en que sus denuncias se eleven tanto por los crímenes de Srebrenica como por la venganza ejercida por algunos albanokosovares.

Hace ya un tiempo, con ocasión de un encuentro en Novi Sad, editaron un libro en el que se recogen interesantes reflexiones sobre lo ineficaz de la ayuda humanitaria y la inacción de la ONU. Y crónicas de guerra, testimonios, informes diarios de las acciones al estilo Gandhi, fraternales propósitos de resistencia y solidaridad, quejas por la situación de los refugiados y por el imposible retorno tras la pax americana surgida de los acuerdos de Dayton... Allí había mujeres serbias, croatas, bosnias, eslovenas, macedonias, montenegrinas... "Nosotras no somos enemigas. No hableis ni decidais por nosotras: tenemos nuestra propia palabra".

Mujeres de Negro consideran sus aliados a los desertores, practican la contrainformación "para contrarrestar la droga patriótica que inoculan los medios de comunicación" y como Brecht, no creen en la paz armada. No reconocen más fronteras que la dignidad y la paciencia, y se confiesan desleales al estado o la nación porque el militarismo, la forma más cruel del patriarcado, nos lleva de una postguerra a una preguerra y así hasta el infinito.

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Aquí, las Mujeres de Negro tienen su cuartel general en la Casa de la Dona, y el sábado, en el Instituto Luis Vives de Valencia, celebrarán varios actos y una concentración en la plaza del Ayuntamiento. "Lo personal es político, y además es internacional". El grupo inicial surgió de Dones per la Salut i la Pau y ha demostrado que se pueden establecer vínculos no violentos, no temerosos, no opresivos ni represivos. La utopía: el auténtico modo de vida sano y cardiosaludable. Olvidémonos por un día de las malas bestias y soñemos que se han acabado los lutos.

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