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Escaso éxito de un filme catastrofista de la NBC sobre el 'efecto 2000'

La cadena norteamericana NBC aprovechó el miedo a las consecuencias del efecto 2000 para emitir el pasado domingo un telefilme titulado Y2K (las siglas con las que se denomina en Estados Unidos al defecto informático de los ordenadores). Aunque se llegó a temer que el largometraje contribuyera a generar pánico, la pésima película apenas provocó algunas llamadas de espectadores que desconocían de qué les estaban hablando. Aun así, la NBC decidió incluir un comunicado en el que recordaba el carácter ficticio de la trama.

Esta producción es aparentemente la única que ha pretendido sacar partido al efecto 2000, que puede provocar múltiples problemas la noche en la que cambia el milenio. Claramente, Hollywood ha dado la espalda a un fenómeno cinematográficamente suculento. No ha ocurrido lo mismo en el medio televisivo. Ya en los días anteriores a la emisión de Y2K había existido cierta polémica generada por quienes consideraban que la NBC contribuía poco a la calma que piden los gobernantes ante posibles situaciones complicadas. La empresa Edison Electric Institute, que representa a las compañías eléctricas que aportan tres cuartas partes de esta energía del país, lamentó lo que considera una irresponsabilidad por parte de la NBC: "Si a la película se le suman los mensajes absurdos de alarma que circulan por la calle", aseguró un portavoz, "la gente puede hacerse una idea equivocada de lo que pasará".Un representante de la NBC aseguró que la cadena tenía "plena confianza en que los espectadores saben distinguir entre información y entretenimiento". Y2K se emitió precedida por un aviso en el que la cadena aclaraba que todo era una ficción en la que "los personajes y las situaciones no están basadas en hechos verídicos".

El telefilme carecía del menor ritmo narrativo y aprovechaba de forma ridícula los peores estereotipos de las películas de catástrofes. Los problemas del efecto 2000 comienzan cuando un avión militar de Estados Unidos se estrella en las islas Marshall, lugar que es el primero en entrar en el nuevo milenio. A lo largo de esta producción interminable se suceden los apagones, los fallos en los ordenadores bancarios y cualquier otro incidente que un mal guionista haya podido imaginar. Siguiendo los cánones del género, un apuesto técnico salva a la humanidad de una catástrofe nuclear, tarea que lleva a cabo, por supuesto, en solitario.

Sólo el Ayuntamiento de Chicago entró en la polémica al publicar ayer un comunicado en el que recuerda que "a pesar de lo que saliera en la película de la NBC", todo está preparado para el efecto 2000, como así confirman insistentemente los encargados de supervisarlo.

Sólo una compañía que vende máscaras de gas asegura que aumentó su nivel de ventas. Y2K sirvió para que muchos anunciantes lanzaran nuevas campañas publicitarias. Los anuncios de McDonald"s muestran a un hombre encerrado en el sótano el 31 de diciembre, seguro de que ha hecho acopio de todo lo necesario para el efecto 2000: la cámara muestra las estanterías de su refugio repletas de paquetes de patatas fritas.

Otro disgusto para la NBC: Y2K generó uno de sus peores índices de audiencia.

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