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El decano admite el fracaso de los juicios inmediatos y pide al fiscal que "los impulse"

El juez decano de Madrid, Fernando Fernández, reconoció ayer que el funcionamiento de los juicios inmediatos está resultando "un fracaso". Por eso ha remitido un escrito al fiscal jefe de Madrid, Mariano Fernández Bermejo, en el que le insta a arbitrar los medios necesarios "para impulsarlos". El objetivo de los juicios inmediatos, una iniciativa del decano que funciona en Madrid desde el 3 de mayo, es enjuiciar los pequeños delitos, los que más soliviantan a la ciudadanía, en cuestión de 48 horas desde que las diligencias llegan al juzgado de guardia.

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Las estadísticas del decanato constatan el fracaso en Madrid de las vistas inmediatas: desde mayo sólo se han podido celebrar "unas 90", según admitió ayer el juez decano. Sus cálculos iniciales pasaban por celebrar en torno a las 2.000 vistas en un año. Fernández está convencido de que un 45% de los juicios que se celebran en la plaza de Castilla son susceptibles de juicios inmediatos o rápidos. El papel del fiscal en este tipo de procesos es básico, ya que es quien debe elaborar el escrito de acusación el mismo día en que el detenido llega al juzgado de guardia. Estos juicios fueron ideados para los casos en que el acusado comete una falta o un delito leve y es sorprendido en flagrante por la policía y las pruebas contra él resultan abrumadoras.El decano ha remitido a Fernández Bermejo el escrito pidiéndole mayor colaboración tras constatar el fracaso de estos juicios y, según explicó ayer, "haber leído un escrito periodístico" referente a la memoria de la Fiscalía en el que ésta señalaba que un 47% de las causas que llegan a los juzgados podría enjuiciarse de forma inmediata o rápida. El decano también lo cree así.

La diferencia entre juicios rápidos e inmediatos estriba en que los primeros permiten celebrar la vista en los 20 o 30 días siguientes a la llegada al juzgado del atestado o del detenido; y los segundos, en 48 horas. Los juicios rápidos, aunque han experimentado un ligero ascenso en el último año, también están muy por debajo de las privisiones. Los rápidos funcionan en Madrid desde 1994. Durante los primeros años se celebraron en torno a los 1.500, si bien la cifra ha caído espectacularmente en los últimos ejercicios. No ha ocurrido igual en Barcelona, que en la actualidad, y pese a tener menos juzgados, celebra casi dos veces más juicios rápidos que Madrid. El decano señaló ayer que durante este año se han celebrado en la capital en torno a 75 juicios rápidos cada mes, unos 900 al año.

Antes de poner en marcha en mayo los juicios inmediatos, el decano se entrevistó con el fiscal jefe, Fernández Bermejo, y con el decano del Colegio de Abogados de Madrid, Luis Martí Mingarro, para pedirles su colaboración. Ahora, con los datos en la mano, pide al fiscal que "los impulse". Este periódico intentó ayer, sin éxito, conocer la respuesta del fiscal jefe a esta petición.

El papel de los abogados también es fundamental para desarrollar los juicios rápidos. Difícilmente se puede celebrar un juicio de esta índole si el defensor abruma al juez solicitando pruebas o esgrime indefensión. Las vistas inmediatas nacieron el 3 de mayo con la pretensión de agilizar la justicia y descongestionar de asuntos los juzgados. Este tipo de juicios se celebran en los 46 juzgados de instrucción que hay en la capital, cuando se trata de faltas, y en los 23 de lo penal cuando son delitos que llevan aparejadas penas inferiores a cinco años. Entre unos y otros juzgados celebran al año más de 30.000 juicios. Los de instrucción suelen celebrar un día por semana juicios de faltas -unos diez, aproximadamente-, mientras que los penales celebran sus vistas todos los días.

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El decano implantó los juicios inmediatos con el propósito de descongestionar los juzgados. Para evitar que fracasaran se comprometió a dotar de medios al juzgado de guardia, que es donde se decide qué caso es susceptible de una vista rápida. Para ello estableció un acuerdo con el Instituto de Toxicología, con vistas a que los informes sobre drogas se efectuasen el mismo día en que son remitidos por los jueces. También llegó a un acuerdo con el delegado del Gobierno Pedro Núñez Morgades, firme defensor de este tipo de vistas, para que asignase 10 nuevos policías a los juzgados que ayudasen a localizar a testigos y víctimas. Los agentes ya están en la plaza de Castilla, pero el éxito de la idea sigue sin vislumbrarse.

"Falta de medios"

Tanto los sindicatos como los funcionarios judiciales consultados coinciden en señalar que la implantación de los juicios inmediatos fue precipitada y atribuyen el fracaso a la carencia de medios. "No se celebran juicios de éstos porque ni hay medios ni quienes pueden y deben activarlos, los jueces y los fiscales, lo hacen", subraya un oficial de juzgado de instrucción.Andrés Sanz, portavoz del Sindicato Profesional de Justicia, apunta que "los agentes policiales, aparte de ser insuficientes, carecen de medios y, además, desarrollan otras actividades". Sanz, oficial del Juzgado de Instrucción 37, añade: "Si hay un robo de un reloj y no hay un perito que lo tase, no se puede celebrar el juicio rápido. En mi juzgado tenemos más de cien diligencias pendientes de tasación desde hace ocho meses. ¿Cómo se pueden celebrar juicios rápidos así?". Concha García, responsable de CC OO de Justicia en Madrid, abunda: "Sigue habiendo falta de medios y de infraestructura para acometer el cambio legal que permite poner en marcha los juicios inmediatos. Creemos que el gran problema es que primero se decidió crearlos y luego se pensó en los medios".

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